Enseñe a sus hijos a ser empresarios

Vender collares o tener el típico puesto de limonada es un comienzo mucho más serio de lo que parece, podría ser que su hijo tenga las virtudes necesarias para ser un emprendedor.

Quizá su hijo no tenga aptitudes musicales, ni buena voz, o sea un negado para los deportes, pero puede que demuestre un interés y una habilidad especial por el emprendimiento .

Es el caso conocido de Mia Bergman. Cuando sólo tenía tres años, sus padres advirtieron en ella una extraña pero prometedora afición por enterrar pequeños objetos en recipientes llenos de plastilina. Nunca llegaron a asustarse y prefirieron canalizar aquella manía, de forma positiva, en un negocio. Así nació Treasure Dough, un recipiente que cuesta US$ 14 y que esconde un juguete que debe desenterrarse de una mezcla no tóxica.

A la pregunta de si es posible reproducir un modelo de emprendedores precoces con éxito, la respuesta es que la mayor parte de casos extraordinarios se dan en mercados como el estadounidense, porque éstos se desarrollan en una economía de internet madura, que tiene como objetivo cultivar un escenario empresarial muy flexible en el que es posible poner en marcha nuevas ideas. Sin olvidar la importancia que tiene contar con un sistema educativo que impulsa la actividad emprendedora.

A pesar de todo, si usted tiene en casa un emprendedor en potencia debe saber que Puede convertirse en mentor de la creación de “start up” de sus hijos:

Mentores familiares
Algunos expertos aconsejan que lo que se debe hacer es cultivar algo parecido a la virtud de la desobediencia. La mentalidad “start up” que caracteriza a los creadores de nuevas empresas valora la ruptura, y quizá resulte positivo que fomente en sus hijos el gusto por lo desconocido, por hacer las cosas de manera diferente. Imagine para ellos aproximaciones contradictorias, y acostúmbreles a trabajar con conceptos opuestos.

Se trata de desafiar las normas de forma constructiva, fomentando la toma de decisiones. Las pequeñas decisiones de hoy les ayudarán en las grandes de mañana.

Desarrolle modelos de resolución de problemas que preparen a sus hijos para encontrar ideas de negocio en la vida cotidiana. Ayúdeles a identificar los problemas y a pensar en las posibles soluciones.

Inculque en sus hijos la necesidad de intentar cualquier clase de proyecto. Ayúdeles a superar el miedo al fracaso y a que aprendan de sus errores. Cuando sean emprendedores, el trabajo principal de sus vástagos será asumir riesgos, a pesar de que no tengan demasiadas garantías ni una promesa segura de cuánto dinero van a ganar. Fomente y recompense la innovación y la experimentación. El fracaso se ha de tomar como una experiencia de aprendizaje.

Facilite a sus hijos toda la información posible acerca de los sectores, industrias, tendencias, negocios o productos que tienen que ver con su pasión. Los expertos aconsejan activar siempre aquello que apasione a los innovadores más jóvenes. Hay una cantidad inmensa de información disponible sobre cada sector, y sus hijos deben conocerla.

Usted puede resultar decisivo para que sus hijos establezcan una red de relaciones que incluya a personas capaces de ayudarles profesionalmente y que les puedan aconsejar sobre sus objetivos. Trate de que sus hijos se rodeen de verdadera diversidad intelectual y de que amplíen su círculo social con gente diferente.

Identificar virtudes
Puede que haya una generación que ni estudia ni trabaja, pero frente a ella emerge la de aquellos emprendedores que reaccionan a los obstáculos y dificultades del mercado laboral cambiante e hipercompetitivo tratando de generar su propio empleo.

Muchos de estos emprendedores ya no asocian la seguridad laboral y financiera con el hecho de trabajar en una compañía tradicional, y tampoco se fían del empleo para siempre, o de que una empresa vaya a pagarles un salario para toda la vida.

Estos innovadores precoces presentan ciertas características: Valoran ante todo la libertad para elegir y la diversión; son altamente colaborativos y orientados al trabajo en equipo; desean cambiar el mundo; son muy impacientes con los modelos de negocio obsoletos; inventan los nuevos puestos de trabajo y las profesiones del futuro y reinventan el concepto de compañía tradicional gracias a la mentalidad “start up”; detectan nuevas necesidades y no tienen miedo a arriesgarse para satisfacerlas.

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