La mano eficiente y certera detrás del escritorio de un gerente general

El domingo es el Día de la Secretaria. Hablan cuatro mujeres que trabajan con las cabezas de su organización.

”Nuestro rol evolucionó, ya no compramos regalos”
Sandra Reyes
Empresa: Hotel Los Delfines

Cuestión de instintos. Tenía solo 20 años cuando comenzó en el Hotel Los Delfines. Empezó en el área de reservas: las llamadas llovían, se puso nerviosa. Siete años después es la mano derecha del ejecutivo más importante del hotel, John Núñez.

“A cocachos aprendí”, sonríe recordando esos teléfonos crueles.

Pero aclara que su aprendizaje fue necesario para estar a tono con el nuevo perfil de las actuales secretarias. “Ya no solo compramos regalos o llevamos una agenda, que es importante, sino que nos empapamos del negocio en el que trabajamos”.

Pero la profesionalización no le ha quitado el instinto a su oficio. Armar la famosa agenda o saber cuándo ponerle al jefe una montaña de papeleo para firmar lo requiere: “Uno ya identifica las horas precisas para hacer eso”.

“A un gerente nunca se le dice no se puede”
Gina Arista
Empresa: Entel

A toda hora.”Yo soy eléctrica, no me gusta que se me pase nada en la oficina, y además no se me puede pasar”. Y si se le pasa, lo resuelve al instante. “Me gusta tener todo organizado”, insiste.

Cuando se le pregunta si es así también en casa o allí prefiere delegar y relajarse un poco, niega y dice que no puede con su genio: las riendas ahí también son suyas”.

Para Gina decir “está medio difícil lograr esto” es un imposible. “Los jefes modernos empoderan mucho a nuestro puesto, hay un mejor clima laboral, pero trae una responsabilidad muy grande”.

Lo que más le gusta es el contacto con el equipo de trabajo, la comunicación, el buen ambiente; lo que menos: manejar dinero. “Hay una caja chica, más allá de eso, prefiero no hacerlo”.

”Nosotros competimos por ver quién llega antes”
Rocío Güemes
Empresa: Inversiones Centenario

Esos minutos sola. El día en la oficina comienza oficialmente a las 9 a.m., pero Rocío llega una hora antes. Son sus minutos a solas, le sirven para organizar el día y mirar los pendientes antes de que arranque el ajetreo natural de una gerencia general, en este caso a cargo de Gonzalo Sarmiento.

Pero ella tiene competencia. Su jefe es también un hombre madrugador. “Así que algunas veces me gana él”. Se ha vuelto un ritual para ellos.

Cuando le digo que su puesto es el de una mujer poderosa con acceso a la cabeza de la organización, se sonroja y niega fuerte con la cabeza: “No tiene por qué ser así, yo trato de ser tolerante”.

Con 29 años en la firma, Rocío no niega que ha tenido días malos por problemas en casa, quizá, pero el trabajo siempre se ha impuesto al desánimo y la ha revitalizado.

”Si te crees la dueña de tu jefe, pues estás mal”
Denisse Toro
Empresa: Graña y Montero

Destino. Dennise Toro lleva 31 años en Graña y Montero. Es una relación larga que comenzó con una frase oída de casualidad, y que ahora suena a destino.

“Trabajaba como recepcionista en un hotel de Iquitos y un ejecutivo de Graña se hospedaba ahí. Lo oí decirle a mi compañera que necesitaba una secretaria para un proyecto”. Ella sabía que tenía los estudios y la capacidad, pero no sabía cómo abordarlo.

Cuando su compañera dijo: “no busque más” y la señaló, todo quedó resuelto. Ahora cuando le dicen si conoce la frase ‘nunca te pelees con la secretaria del jefe’, se ríe. “No creo que sea así, no somos poderosas, y si te crees dueña de tu jefe estás mal, esto es vocación de servicio”, afirma la secretaria de Mario Alvarado, gerente general de la firma.

¿Quiénes se van y quiénes se quedan?
Opinión
Manuel Cubas, Presidente de Career Partners Perú

La reestructuración del tamaño de una firma se ha puesto nuevamente sobre la mesa del directorio de muchas empresas debido a la desaceleración económica. Esto significa disminuir gastos y costos, lo que incluye reducir personal.

Toda organización debe asegurarse de que la creatividad e innovación sean competencias claves para contratar. Si la empresa ha considerado estas competencias en sus colaboradores, lo más probable es que ellos hayan estado trabajando en alternativas ante una crisis. Si no es así, habrá que hacer los ajustes.

Decidida la reducción de personal, ¿quiénes son los que deben irse? Si se ha identificado a los empleados clave, debe retenerlos y motivarlos. Asimismo, hay que gestionar la salida de los que no contribuyen al negocio, independientemente de la edad, tiempo de servicio, estado de salud o género.

Para disminuir el impacto de las desvinculaciones en la productividad, hay que tratar a los que salen con el mayor respeto, proporcionándoles un paquete económico atractivo y un programa de recolocación estratégica.

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