Tips de oratoria para defender tus ideas en la oficina

En muchas ocasiones suele ocurrir en el ámbito laboral que tengamos infinidad de talentos para nuestras áreas específicas, pero a la hora de argumentar o exponer una idea a nuestros jefes o compañeros de trabajo, nos sintamos incómodos.

El portal EnvialoSimple ofrece algunos tips para exponer tu idea frente a una audiencia, negociar la mejor solución en caso que no sea 100% factible su implementación, y cómo manejarte en momentos en donde tus habilidades de comunicación y oratoria pueden llevarte a fracasar en tus intenciones.

1. Planea con antelación tu discurso
Sí, tal cual se ve en las películas románticas, donde el galán enamorado planea frente al espejo su discurso de amor, así debes maquetar y planificar la exposición de tu proyecto. Es decir, crearte un panorama hipotético donde contemples los pros y contras, las preguntas que pueden surgir y de qué manera vas a sostener la argumentación de tu discurso.

2. Cuéntaselo a un amigo o familiar
La escucha activa de una segunda persona te dará nuevos puntos de vistas y te podrá ayudar a pulir los aspectos más importantes de tu presentación o requerimiento.

3. Capta la atención de tu audiencia
Aquí lo verdaderamente valorable es que mantengas un contacto visual con los receptores, hables en un tono moderado y pausado, y expliques tu idea o hagas tu pedido acompañado de material fehaciente que sirva de pruebas para convencerlos de tu propósito.

4. Hacerte escuchar es una gran virtud en el trabajo
Para ello es importante que puedas expresarte de forma natural y explicativa, sin ahondar mucho en rodeos, pero sí dando a conocer tu puntos de vista. A medida que vayas incorporando más la habilidad de hablar frente a los demás e imponer tus conceptos con respeto y firmeza te darás cuenta que no era un camino tan difícil como pensabas en un principio.

5. Aprende a negociar de la mejor manera
En el trabajo hay miles de situaciones que obligan a ceder, negociar y reconsiderar ciertos aspectos. Y si bien cada momento tiene su particularidad, existen fundamentos que sirven para todos por igual. Es decir, la habilidad del buen negociante es darse cuenta hasta dónde la otra persona es capaz de aceptar y bajo qué circunstancias puntuales.

Para ello hará uso de elementos lingüísticos como la persuasión, o apelará a la motivación, el beneficio, las ganancias, el ahorro de tiempo o aquel argumento que sea el más atinado para esa ocasión en puntual.

TAGS: empleo

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