SEGUNDA VUELTA En unas disputadas elecciones presidenciales en Francia, Emmanuel Macron se impuso en la primera vuelta a la ultraderechista Marine Le Pen, por apenas dos puntos porcentuales.

El triunfo de Macron y sus mayores opciones para el balotaje de la próxima semana han calmado, por el momento, los mercados, mejorando el panorama para el euro y las acciones europeas. El exbanquero, sin mayor pasado político, es bien visto por los inversores al proponer un recorte de gasto público, una reducción de impuestos y por ser partidario de la Unión Europea.

En tanto, la propuesta de Le Pen, de retirar a Francia de la UE y adoptar una postura proteccionista, genera grandes temores, los mismos que ahora parecen contenidos tras conocerse las primeras encuestas para la segunda vuelta.

Aunque los mayores temores sobre Francia y el futuro de la UE se están diluyendo por ahora, el resultado de las elecciones muestran a un país fragmentado, con Le Pen y el representante de extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, obteniendo casi la mitad de los votos, con propuestas antiglobalización, renegando del establishment político y planteando cambios radicales.

Francia no ha podido crecer más de 2.1% desde el 2008 y el desempleo bordea el 10%, situación que se complica por el elevado gasto fiscal que demanda medidas de ajuste tan antipopulares. Y a ello se ha sumado una serie de atentados terroristas que incrementan el rechazo a la UE y demandan un freno a la inmigración.

Los resultados en Francia evidencian que hay serios desafíos que afrontar en el país y, en general, en el sistema multilateral, donde las crisis financieras han reforzado la apatía por la falta de claros beneficios que este ofrece a la población. Tal como señala el FMI, falta brindar un apoyo eficiente a los sectores que se han visto perjudicados por la globalización y el libre comercio.

En ese contexto, en el bloque europeo ahora se vienen planteando mejoras de beneficios sociales, buscando frenar las tendencias extremistas y proteccionistas. A la luz de lo que se viene apreciando en Europa y otras partes del mundo, se hace necesario implementar correcciones, sino, en Francia solo se habrá ganado tiempo y pateado el problema para más adelante. Si las encuestas no son erradas, Macron tendrá la palabra los próximos cinco años.