Gentleman drivers: Ejecutivos de profesión y aficionados a las carreras

¿Se puede participar en una carrera de autos sin ser un piloto profesional? No y sí. No en Fórmula 1, pero sí en otras categorías como piloto invitado por una marca o equipo oficial.

El actor Patrick Dempsey (Anatomía de Grey) quedó segundo en las 24 horas de Lemans este año.
El actor Patrick Dempsey (Anatomía de Grey) quedó segundo en las 24 horas de Lemans este año.

Es el caso de las 24 horas de Le Mans donde han participado actores de la talla de Paul Newman o Patrick Dempsey, protagonista de la serie de televisión Anatomía de Grey. Aunque Dempsey no es solo un gentleman driver, sino que es el dueño de una escudería de automovilismo que participa en el Campeonato del Mundo de resistencia.

Pero, ¿qué es un gentleman driver? La traducción literal sería un piloto caballeroso. El significado real en la actualidad sería una persona que no se dedica profesionalmente al automovilismo, pero que sabe pilotar y que cuenta con el dinero o el prestigio o fama suficientes para que un equipo le invite a llevar uno de sus bólidos.

Esta definición surgió a finales del siglo XIX y se consolidó con las primeras carreras de autos de principios del siglo XX. Ser piloto por aquella época estaba mal visto en las familias de la nobleza. De ahí que los hijos de las familias de alta alcurnia pagasen a los pobres dueños de los equipos para poder competir en carreras míticas como la Mille Miglia. Las élites de aquellos años no veían con buenos ojos la parafernalia pecaminosa que ya por entonces rodeaba a los pilotos de carreras.

Y no les faltaba razón. Si no, que se lo digan a Fangio cuando, a mediados de los años 50, en un Gran Premio de Fórmula 1 en Mónaco, el representante de una jovencísimaBrigitte Bardot intentó sin éxito que la actriz cenase con el que sería cinco veces campeón del Mundo de Fórmula 1 para lanzar su carrera cinematográfica.

Mónaco y estrellas de cine. Dos símbolos del glamour que hacían de los pilotos seres deseados. Los actores de Hollywood se encargaron de dar el espaldarazo definitivo a los gentleman drivers. James Dean y su Porsche 550 Spyder o la participación asidua de Paul Newman en distintas competiciones en Estados Unidos y en las míticas 24 horas de Le Mans. Carrera en la que este año, compitiendo con Porsche, Patrick Dempsey ha quedado segundo, teniendo una actuación notable.

Esta aura que desprenden los pilotos ahora está más cerca de muchos aficionados a la automoción, cuyos bolsillos les permitan costearse los miles de euros que cuesta participar en un campeonato oficial de marcas como Maserati o Lamborghini.

Cada vez más son los altos ejecutivos a los que les apasiona la velocidad. Carlos Tavares, presidente de PSA Peugeot Citroën, es uno de ellos, lógico al comandar un grupo automovilístico. Marcos de Quinto, número dos de Coca-Cola a nivel mundial, es otro ejemplo. De Quinto ha participado en varias ediciones del Rally Dakar. Ahora continúa haciéndolo en el Africa Race y va a “hacer dunas” cuando su trabajo se lo permite. E incluso, en 2016, va a patrocinar a Rubén García para que corra el Dakar con Mitsubishi.

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de prensa Economica (RIPE)

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