(Reuters).- El índice referencial de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) cayó el martes tras cuatro jornadas consecutivas al alza por un retroceso de los mercados externos ante renovados temores frente a la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea.

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El índice referencial de la bolsa limeña cayó un 1.07%, a 20,758.57 unidades, pero acumula un alza del 60.92 por ciento en el año. En tanto que el índice general cedió un 1.74 por ciento, a 13,790.40 puntos.

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En la jornada, los papeles de la cuprífera Southern Copper bajaron un 3.83 por ciento, a 25.39 dólares ante un retroceso de los precios del cobre. Por su parte, las acciones de la minera Buenaventura cayeron un 3.25 por ciento, a 12.19 dólares, pese al avance de los precios del oro.

En el sector industrial, los valores de la constructora Graña y Montero bajaron un 1.26 por ciento, a 4.7 soles y los papeles de la firma que presta servicios a la industria Ferreyros perdieron un 1.94 por ciento, a 1.52 soles.

En la plaza cambiaria, el sol avanzó un 0.03 por ciento a 3.284/3.285 unidades por dólar.

Wall Street

Las acciones cerraron en baja el martes en la bolsa de Nueva York tras registrar su mejor desempeño semanal en el año, porque los inversores volvieron a enfrentarse a la incertidumbre por la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea y una caída de los precios del petróleo arrastró al sector energético.

Según los últimos datos disponibles, el promedio industrial Dow Jones perdió 108.75 puntos, o un 0.61 por ciento, a 17,840.62 unidades, mientras que el índice S&P 500 cayó 14.40 puntos, o un 0.68 por ciento, a 2,088.55 unidades.

El índice Nasdaq Composite terminó con una caída de 39.67 puntos, o un 0.82 por ciento, a 4,822.90 unidades.

Colombia
El principal índice accionario de Colombia cerró el martes en terreno negativo, siguiendo los pasos de los mercados internacionales de referencia como Wall Street, en medio de las crecientes preocupaciones económicas globales derivadas del “Brexit”. El COLCAP retrocedió un 0.73 por ciento a 1,303.46 puntos. No obstante, el indicador bursátil acumula una valorización de un 12.98 por ciento en lo que va del 2016.

Gran Bretaña
La libra esterlina se hundió el martes un 2 por ciento a un nuevo mínimo de 31 años contra el dólar y a un piso de dos años y medio frente al euro, ya que los inversores se mostraron preocupados por las implicancias económicas y financieras de la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea.

La libra, que ha recibido buena parte del impacto en el mercado por el “Brexit”, se depreció hasta los 1.3022 dólares, su menor nivel desde septiembre del 1985. El declive dejó a la moneda británica un 13 por ciento por debajo de los niveles que presentaba antes del referendo del 23 de junio en Reino Unido.

La libra también cayó a 85.48 peniques por euro, su menor nivel desde fines del 2013. En tanto, frente a la cesta de monedas del Banco de Inglaterra, la divisa cayó hasta mínimos de más de tres años.

El retroceso de la libra se aceleró después de que Aviva Investors, una unidad de la aseguradora Aviva y el fondo M&M de la aseguradora Prudential suspendieron sus operaciones en el mercado inmobiliario comercial de Reino Unido, a fin de evitar más retiros de los inversores.

El lunes, Standard Life Investments, la filial de inversiones de la aseguradora Standard Life, suspendió los retiros de su fondo de 2,900 millones de libras esterlinas, que opera en el área inmobiliaria del país.

Ambos eventos aumentaron la preocupación respecto a que inversores extranjeros puedan retirarse en masa del sector de propiedades comerciales de Reino Unido, lo que generaría aún más presión sobre la libra esterlina.

“La última vez que vimos esta clase de agitación fue con la crisis financiera”, dijo Mark Priest, analista de ETX Capital. “Los temores sobre la inversión en la industria están contagiando hoy al mercado cambiario, lo que provoca una fuerte liquidación de la libra tras unos días de relativa calma”.

El Banco de Inglaterra expresó su inquietud por una caída de la demanda de los inversores en activos británicos y por dificultades en el sector de inmobiliario comercial que podrían complicar más la posibilidad de que las empresas utilicen sus propiedades como garantías para obtener créditos.