Reformular la Copa de Oro de Concacaf, que siempre se ha realizado en Estados Unidos, la alinearía con otras grandes competencias regionales y el Mundial, que se disputan cada cuatro años.
La FIFA cuya conducción del fútbol internacional y de la Copa Mundial ha pasado a ser prácticamente sinónimo de corrupción, la Concacaf está teniendo dificultades para lavar décadas de pecados.