En el 2015, el director ejecutivo de Greenpeace Internacional , Kumi Naidoo, reconoció que aquella actividad fue un error. “Greenpeace nunca debió hacer la actividad en las líneas de Nazca”, aseguró, y adelantó que repararían el daño.

A comienzos de febrero, la Interpol notificó al juez peruano de Nasca que Fernández fue detenido en Argentina. La orden de detención preventiva está vigente desde el 9 de enero.

La organización internacional entregará hoy, luego de más de un mes del ingreso a la zona arqueológica, una investigación interna con los nombres de las personas responsables. Directivo de Greenpeace afirma que daños pueden ser reparados.

El viceministro de Cultura, Luis Jaime Castillo, sostuvo que se ha dañado irreparablemente al geoglifo del Colibrí.

La ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, dirigió una carta a la representante de la Unesco en Perú, Magaly Robalino, tras el atentado perpetrado por los activistas de la ONG Greenpeace en las Líneas de Nazca.

Kumi Niadoo, director de Greenpeace, llegó en la víspera y declaró que brindará apoyo a las autoridades sobre las investigaciones del atentado contra las Líneas de Nazca.

Canatur lamentó los daños producidos por Greenpeace en su intervención en las Líneas de Nazca y expresó su rechazo a la actitud asumida por la organización ambientalista al no reconocer los perjuicios irreparables ocasionados contra del patrimonio arqueológico y el atropello a las leyes del país.

La ONG ambientalista que dañó las líneas de Nazca en Ica asegura no recibir donaciones de empresas o Gobiernos; sin embargo, reportes internacionales aseguran que obtienen dinero de fundaciones ligadas a petroleras como Exxon o bancos como JP Morgan.

La Fiscalía determinó que doce militantes de la ONG Greenpeace estropearon unos 1,600 metros cuadrados en la zona intangible de las Líneas de Nazca.

Los medios internacionales, como el The Washington Post, The Guardian o The Telegraph, dan cuenta del fracaso en la estrategia de la ONG ambientalista y la indignación de los peruanos.

La organización destacó sus cuarenta años de activismo pacífico y señaló que ya se está acercando a las autoridades competentes para explicar que “al no haber afectación real al patrimonio cultural, no se configura ningún ilícito”.

“Tiempo de cambio: El futuro es renovable”, es el mensaje desplegado en las Líneas de Nazca por Greenpeace para protestar contra lo que llamó una inacción de los líderes mundiales para detener el cambio climático que ahora está castigando a Filipinas.