(Bloomberg) .- Los estadounidenses están más ricos que nunca… ¿y eso es para preocuparse?
Así es, dicen los experimentados economistas Daniel Thornton y Joe Carson. Les preocupa que el crecimiento de la riqueza resulte insostenible porque ha superado por lejos el crecimiento de la economía desde que terminó la recesión en 2009.
Thornton, que trabajó 33 años en el Banco de la Reserva Federal de St. Louis antes de retirarse en 2014, dice que ya hemos visto este cuadro. El patrimonio neto de los hogares aumentó rápidamente a fines de la década de 1990 y comienzos de los 2000.
En el primer caso se vio impulsado por el alza del precio de las acciones ; en el segundo, por el crecimiento del valor de las viviendas. En ambos casos la cosa terminó mal, ya que la economía cayó en recesión después de que estallaran las burbujas.
Lo mismo podría ocurrir ahora, si uno escucha a Thornton, que actualmente dirige una consultora en Valley Park, Missouri. Tal como ocurrió en los dos episodios anteriores, la reciente expansión de la riqueza se ha visto impulsada más por el aumento del precio de los activos –en este caso tanto las acciones como las viviendas- que por la mejora de los indicadores económicos fundamentales, explicó.
Desde 2009, las tenencias de acciones y fondos comunes de inversión de los hogares casi se han duplicado a US$ 20.6 billones. Sólo el 6% de ese aumento puede atribuirse a nuevos flujos de dinero hacia los fondos o a compras de acciones, según los cálculos de Carson, director de investigación económica mundial de AllianceBernstein LP en Nueva York. El resto se debe al aumento de los precios.
Como porcentaje de los ingresos personales disponibles, el patrimonio neto de los hogares alcanzó un máximo récord de 652.7% en el primer trimestre del año pasado. A efectos de una comparación, el máximo durante el auge inmobiliario fue de 648.3% a fines de 2006. Desde entonces bajó a 640.4% el 31 de marzo de este año, en tanto el aumento del precio de las acciones y las viviendas se desaceleró.
Pese a ello, Carson ve buenos motivos para esperar que la expansión económica continúe, quizá durante otros tres a cuatro años. Fuera del sector energético, los márgenes de ganancia de las compañías crecen y los costos en gran medida están contenidos, si bien el aumento de los salarios está empezando a repuntar. La carga de deuda de los hogares es muy manejable.
El problema, explicó, es que el ciclo financiero está muy por delante del ciclo económico”. Esto preocupa porque las últimas dos caídas económicas se vieron impulsadas por la deflación del precio de los activos.
“Nadie sabe qué va a pasar”, señaló Thornton. “Pero hay abundantes razones para pensar que esas cifras son de temer”.