(AFP) El presidente argentino Mauricio Macri se estrenó con éxito en el Foro de Davos , donde logró que Estados Unidos levantara su veto al acceso de Buenos Aires a créditos de instituciones multilaterales como el Banco Mundial, vigente desde el 2011.
Doce años después de la última participación argentina en el club de la élite mundial, Macri se marcó una significativa victoria, sobre todo porque aún no puede tener acceso a los mercados de deuda, a causa del embrollo con los inversores extranjeros que siguen peleando por los bonos de la deuda externa argentina.
Macri se reunió también en Davos con el primer ministro británico David Cameron y ambos acordaron mantener el diálogo para “abrir un nuevo episodio” entre ambos países.
Pero Davos es ante todo el punto de encuentro financiero mundial por excelencia, donde se pueden cerrar acuerdos de inversión o solucionar entuertos en pocos minutos.
Su ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, mantuvo un encuentro con el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew.
Tras el default del 2001, y después de que fondos de inversión estadounidenses contestaran la solución que impuso a Argentina a la mayoría de tenedores de bonos, empezó otra sorda batalla en tribunales estadounidenses.
Argentina empezó a desoír las sentencias de la justicia de la primera potencia mundial, y luego de organismos de arbitraje como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), del Banco Mundial.
Tras varias advertencias, Washington anunció en setiembre del 2011 que instauraba esa política de oponerse a los créditos, excepto aquellos dedicados a áreas muy específicas de lucha contra la pobreza en Argentina.
En los últimos cinco años, Argentina no tuvo por ello acceso al apoyo del Banco Mundial o el BID a muchos proyectos de infraestructura o similares.
“A la vista del progreso del gobierno argentino en temas clave y de la trayectoria positiva de su política económica, Estados Unidos cesa su política de oposición”, explicó el comunicado del Tesoro.
A partir de ahora, Washington, que es el principal accionista de esas instituciones, “considerará cada proyecto argentino según sus propios méritos”, explicó el texto de Lew.
Puerta cerrada
En el plano diplomático, el camino que arrancó Macri en la nevada Davos se anuncia más resbaladizo.
“Quiero que dialoguemos sobre todos los temas que están pendientes, incluido Malvinas, con nuestras diferencias y nosotros manteniendo nuestros reclamos, pero dialoguemos”, señaló Macri a Cameron, según el comunicado de su gabinete.
Cameron se mostró de acuerdo, pero respecto a las Malvinas precisó: “nuestra posición sigue siendo la misma y en el reciente referéndum quedó absolutamente claro que los habitantes de las islas quieren seguir siendo británicos”.
Los habitantes de las Malvinas optaron masivamente en el 2013 por permanecer bajo bandera británica.
Argentina invadió el archipiélago en 1982, lo que provocó una corta guerra con Gran Bretaña.
Macri y Cameron conversaron durante media hora, los últimos cinco minutos a solas, detalló el texto argentino.
“Una delegación empresarial del Reino Unido visitará la Argentina en el segundo semestre del corriente año para analizar diversos temas de infraestructura”, explicó Buenos Aires.
Cameron invitó por su parte a Macri a viajar a Londres para asistir a un seminario sobre transparencia en la gestión administrativa y lucha contra la corrupción.
Las medidas de liberalización económica de Macri, que asumió en diciembre, recuerdan en muchos aspectos a la agenda del conservador Cameron.
El encuentro fue el primero de carácter formal en años entre un líder argentino y otro británico.
Cameron y la entonces presidenta Cristina Kirchner se toparon brevemente durante la cumbre del G20 del 2012 en México. La presidenta quiso entregarle un sobre sobre las Malvinas, pero Cameron lo rechazó.
Actividad incesante
Los encuentros en Davos, un foro al que acuden cada año unos 2,500 invitados selectos, entre patronos de empresas, gurús financieros e inversores, acostumbran a celebrarse de manera informal y a menudo rápida, y Macri no escapó a la regla, repartiendo saludos en pasillos y salas del Centro de Congresos y hoteles de la ciudad alpina, constató la AFP.
El presidente de Coca-Cola, Muhtar Kent, le prometió una inversión de US$ 1,000 millones en los próximos cuatro años, indicó la presidencia argentina.
Pero en el camino sigue el enojoso litigio con los inversores, que Macri asegura que quiere resolver, empezando con una nueva ronda negociadora, previsiblemente la semana que viene.