SÍDNEY, (Reuters).- Australia y Estados Unidos, dos de los mayores exportadores de trigo del mundo, están compitiendo para convertirse en productores masivos de quinua, el “súper alimento” sudamericano, y aprovechar el mercado de productos sin gluten que se espera supere los 6,000 millones de dólares para el 2018.
En un factor clave para los agricultores australianos que regularmente deben enfrentar sequías, el nutritivo grano puede soportar climas extremos.
Además, la quinua se vende por unos 3,000 dólares la tonelada, en comparación con el trigo que alcanza menos de 300 dólares por tonelada.
La quinua, que por miles de años ha sido el principal grano de cultivo de regiones andinas, irrumpió en los mercados occidentales preocupados por una alimentación más saludable. La demanda creció un 300 por ciento entre 2007 y 2012, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en momentos en que proveedores tradicionales – Bolivia, Perú, Chile y Ecuador – tienen problemas para cubrir la demanda de consumidores occidentales.
Los precios de la quinua se duplicaron desde 2007 a 2009 y aumentaron hasta un máximo en 2014, según información de la ONU. La demanda por el grano muestra pocas señales de disminuir.
Se prevé que el tamaño del mercado global de productos sin gluten crezca un 10 por ciento por año para valer más de 6,200 millones de dólares hacia el 2018, según un reporte del 2013 de Research and Markets.
El atractivo de la quinua radica en su elevado nivel proteico y en la ausencia de gluten. Además, es el único cultivo que contiene todos los aminoácidos, oligoelementos y vitaminas esenciales.
Semillas correctas, clave para producción masiva
Desarrollar las semillas correctas y las técnicas agrícolas para producir quinua de forma masiva, que tradicionalmente se cultiva en pequeñas granjas familiares en los Andes, es la clave para entrar al mercado donde la demanda global está superando el suministro tradicional.
Los científicos dicen que están a menos de tres años de desarrollar quinua para el clima caluroso y seco de Australia. “Sin rendimientos adecuados, no es viable comercialmente, pero debe tener también buena calidad, como esperan los mercados, así que la selección de una variedad lleva tiempo”, dijo el doctor John de Majnik, director senior de programas en Rural Industries Research & Development Corporation.
Los agricultores estadounidenses cultivan quinua desde la década de 1980, pero no han conseguido producir en forma masiva. White Mountain Farm, en las Montañas Rocosas del sur de Colorado, es uno de los mayores productores, aprovechando el clima tradicional de la quinua en la altura. “Creo que estamos a cuatro o cinco años de desarrollar variedades adaptadas a diferentes regiones de Estados Unidos”, dijo Kevin Murphy, profesor adjunto de cultivo en la Universidad Estatal de Washington y experto en quinua.
Con miras a una eventual producción a gran escala, Bolivia busca establecer una marca genéticamente única: la quinua real. “Los planes en Australia y Estados Unidos implicarán un mayor suministro de quinua”, dijo Gary Rodríguez, del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, un organismo privado que agrupa a los principales sectores agrícolas del país.
“Existe más agresión desde un punto de vista empresarial (…) en las decenas de países que están intentando comenzar a producir quinua. Sabemos que hay al menos 50 países que ya están intentando producir quinua comercialmente”, agregó.
QUINUA AUSTRALIANA AL NIVEL DEL MAR
Los agricultores australianos, desde el noroeste hasta la sureña isla de Tasmania, están experimentando con la quinua, y uno de sus grandes desafíos es que el cereal se cultiva en la altura en verano, por lo que ante la ausencia de montañas están intentando producirla a nivel del mar en invierno.
Por ahora, la amenaza de la quinua del mundo desarrollado es lejana para Candy Condori, una productora del cereal en la región sureña de Puno, en los Andes de Perú. “La quinua siempre se cultivó aquí, desde el tiempo de nuestros ancestros, y siempre se cultivará”, declaró. Condori y sus vecinos saben que el mundo está hambriento por su antiguo alimento, así que desean comenzar a usar equipamiento agrícola moderno, como trilladoras motorizadas, para aumentar la producción, además de certificar sus granos como orgánicos a fin de lograr mejores precios.