(Reuters).- Brasil finalmente ingresó al sector energético solar, al subastar contratos para la construcción de 31 parques solares en medio de su intento por diversificar las fuentes de generación ante una crisis energética causada por la peor sequía en ocho décadas.
Los 31 parques solares, los primeros proyectos de este tipo a gran escala a ser construidos en la mayor economía de América Latina, tendrán una capacidad instalada combinada de 1,048 megavatios. Las expectativas del mercado eran de 500 megavatios.
“Esta subasta es una marca. No sólo porque señala el ingreso de la energía solar en la matriz energética, sino que también fue una de las más competitivas hasta ahora”, dijo Mauricio Tolmasquim, jefe de EPE, la compañía de investigación energética del Gobierno.
La subasta se prolongó por más de ocho horas. El precio final de la energía solar resultó en alrededor de 220 reales (US$ 89) por megavatio/hora, frente a un precio inicial de 262 reales (US$ 106), un descuento del 18%.
“Este es uno de los menores precios de la energía solar en el mundo”, aseguró Tolmasquim.
Según el ejecutivo, los costos se redujeron debido al fuerte factor de radiación solar y porque muchos parques solares serían instalados en áreas que ya cuentan con campos eólicos, lo que reduce la cantidad que los desarrolladores tendrían que gastar en tierras y líneas de transmisión.
En las subastas en Brasil, el Gobierno de Dilma Rousseff establece un precio máximo para el megavatio/hora y las compañías pujan por el precio al cual están dispuestas a vender energía. Las compañías que ofertan los menores precios ganan los contratos.
Los desarrolladores de energía solar habían participado en subastas previas, pero debido a que competían contra fuentes más baratas, como las plantas eólicas e hidroeléctricas, nunca podrían obtener contratos.
Pero en esta oportunidad, el Gobierno asignó una cantidad específica de energía a ser producida en parques solares, intentando impulsar el desarrollo de la industria local y reducir los costos para los proyectos en el largo plazo, como lo hizo con la energía eólica hace algunos años.