La Cámara de Comercio de Estados Unidos dijo en una reunión a puerta cerrada de líderes empresariales y gubernamentales de México y Estados Unidos que está tratando de evitar que Donald Trump cumpla su amenaza de campaña de cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), según tres personas con conocimiento directo del asunto.
Tom Donohue, quien dirige uno de los mayores grupos empresariales de presión de Estados Unidos, dijo a los miembros de U.S.-Mexico CEO Dialogue en la Ciudad de México el miércoles que no caigan en pánico y esperen a ver qué propone el presidente electo una vez que asuma el cargo, dijeron las tres personas, que hablaron sobre el evento privado a condición del anonimato. La audiencia incluyó a funcionarios de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, a la Secretaria de Comercio de Estados Unidos Penny Pritzker, y más de 100 líderes empresariales y gubernamentales.
Los comentarios de Donohue podrían profundizar la brecha entre el presidente electo y la Cámara después de que discutieron sobre el comercio durante la campaña de 2016. Trump hizo de lo que él llamó la injusticia de la relación de Estados Unidos con sus mayores socios comerciales un tema central de su campaña, y destacó al TLCAN, que también incluye a Canadá, como listo para ser cancelado o renegociado.
La discusión en torno al TLCAN sólo aumentó las tensiones que se habían estado acumulando desde que Trump declaró su candidatura para presidente el año pasado, cuando llamó a algunos inmigrantes mexicanos criminales y violadores y más tarde se comprometió a hacer que México pague por un muro que se construiría a lo largo de la frontera. Sus comentarios han sido condenados por empresarios mexicanos como el presidente de Mexichem SAB Juan Pablo del Valle y el director general de Cinépolis de México SA, Alejandro Ramírez. Peña Nieto incluso llegó a comparar su retórica con la de Adolf Hitler y Benito Mussolini.
CEO Dialogue, un evento que duró dos días y tuvo lugar en el Hotel Four Seasons en el centro de la Ciudad de México, contó con la asistencia del vicepresidente de General Electric Co. John G. Rice, el presidente de Alfa SAB Armando Garza y el máximo responsable de FedEx Freight, Michael Ducker, así como el secretario de Hacienda de México José Antonio Meade y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Tom Collamore, vicepresidente senior de comunicaciones y estrategia, dijo en un correo electrónico que la Cámara apoya el TLCAN pero que está abierta a que se actualice conforme sea necesario. La Cámara ayudó a organizar el evento del miércoles, dijo, “porque 14 millones de empleos estadounidenses dependen del comercio con México y Canadá”.
Modernizar el TLCAN
En otra reunión de líderes empresariales el mes pasado, Guajardo dijo que cree que Trump buscará modernizar el TLCAN sin abandonar por completo el acuerdo. Por ejemplo, temas que no se incluyeron cuando el acuerdo fue negociado a principios de los años 90, como el comercio electrónico, podrían añadirse al tratado, dijo.
México posiblemente es más dependiente del comercio con Estados Unidos que ninguna otra economía mundial importante. El comercio entre los dos países se ha multiplicado por cinco a más de US$500.000 millones anuales desde que el TLCAN entró en vigor en 1994, convirtiendo a México en el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos, tan solo por detrás de China y Canadá, según datos del Fondo Monetario Internacional.
El TLCAN, que eliminó la mayoría de los aranceles entre los tres países en los últimos dos decenios, ha demostrado ser crucial para el surgimiento de México como una potencia industrial.
Aunque en la campaña electoral Trump llamó al TLCAN un desastre para Estados Unidos, su equipo de transición ha enviado señales de que quizá no busque cancelar por completo el tratado. Anthony Scaramucci, un consejero principal en el equipo de la transición de Trump, dijo en un discurso el lunes que el presidente electo simplemente buscaba darle el tamaño correcto y volverlo más justo.
Sin embargo, la incertidumbre sobre los planes de Trump ha hecho que economistas recorten los pronósticos de crecimiento de México y ha contribuido a un debilitamiento del peso a mínimos históricos.
Para presentar su caso, las empresas mexicanas tienen a un poderoso defensor en la Cámara. Es uno de los grupos de presión mejor financiados en Washington: en el ciclo 2016 gastó US$29,8 millones de dólares para beneficiar a candidatos republicanos en 16 contiendas a la Cámara de Representantes y el Senado, de acuerdo con un análisis de Public Citizen, una organización sin fines de lucro. Sin embargo, no se sabe cuánta influencia tendrá la Cámara sobre el gobierno de Trump.