El actual crecimiento económico no es suficiente. El Perú necesita dar un paso al frente para lograr la equidad y sostenibilidad, según César Álvarez Falcón, investigador de Centrum Católica. Gestion.pe conversó con el experto sobre la necesidad de establecer una visión de país a futuro.

¿La política económica actual asegura el desarrollo sostenible?
No ha pasado a un segundo grado. Se ha quedado solo en el crecimiento económico, cuando debería pasar al crecimiento, la equidad y la sostenibilidad. Estos dos últimos ingredientes deberían estar rigiendo las políticas futuras a partir de este año.

¿Hace falta una visión de país?
Sí. Y eso es un problema, porque si no sabemos a dónde queremos ir, cualquier camino es correcto, se dice en el managment. Entonces, esa falta de definición estratégica de Perú, de integrarnos como nación, hace que también tengamos problemas en cuanto a las estrategias de los TLC. Hemos firmado varios vinculándonos al mundo, pero ¿cuál es la estrategia de esos TLC? No la hay.

¿El Perú califica como nuevo país emergente?
Las sociedades que evolucionaron y son consideradas emergentes se caracterizan por dos cosas: apertura al exterior y reformas internas. En el caso peruano, hemos hecho solo lo primero: se puede decir que estamos con piloto automático sin reformas internas.

¿Cuáles deberían ser las prioridades?
Cuando una economía quiere iniciar su etapa de despegue (como lo han hecho los países emergentes), hay dos temas centrales para abordar. Uno es la agricultura: casi un tercio de la población se encuentra en esta actividad, y solo una parte está vinculada a la agroexportación. Los demás tienen problemas de propiedad, de recursos hídricos, de asistencia técnica, de productividad, de minifundios. Eso es fundamental por la autosuficiencia alimentaria, porque la población crece y, por ende, el consumo. De otro lado, el mundo está entrando en un proceso de urbanización creciente, entonces la demanda internacional de alimentos también va crecer. Entonces, tenemos que focalizarnos en la agricultura.

El segundo aspecto es la parte institucional del Estado. Cuando el Estado está ausente se deja la ‘mano invisible’ del mercado para que resuelva los problemas, pero ésta no va solucionar las brechas de educación, salud, infraestructura. Entonces, allí la propuesta de reforma del Estado es fundamental, pero reformas de verdad: no cosméticas. Entonces, el no enfrentar estos dos aspectos hace que el crecimiento de 6% previsto para el 2013 y 2014 tenga problemas.

¿Las reformas actuales son cosméticas?
Por ejemplo, las reformas en la educación tendrían que estar basadas en la perspectiva de país a largo plazo. ¿Qué necesitamos?: ¿convertirnos en una sociedad de servicios?, ¿desarrollar la tecnología para alentar la transformación industrial? o ¿priorizar el sector turismo? Sobre la base del largo plazo tendríamos que reformar la educación. La actual escasez de mano de obra calificada refleja este problema.