El acrónimo acuñado por Goldman Sachs para agrupar a México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía (MIST) como las nuevas economías emergentes no debería pasar desapercibido para el Perú. Dentro de ellas, México tendría “un lugar preferencial”, mientras que con Corea hace falta impulsar la exportación con valor agregado aparte de los minerales que actualmente importa.
César Peñaranda, director del Instituto de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), consideró de esta manera las oportunidades comerciales del Perú frente a las economías que están cobrando una notoriedad similar a los BRICS. “Si tuviera que opinar dónde poner el énfasis, lo haría en México, y profundizaría la relación con Corea”, indicó el economista.
¿Qué hace a los MIST tan particularmente atractivos? “Como le sucede a todo país en el mundo, hay un momento en que la estructura de la población por edades es idónea para crecer y ser interesantes para otras realidades económicas”, detalló Peñaranda. Así, los jóvenes en edad de trabajar y las nuevas clases medias de dichos países generarán una fuerte demanda de productos.
Oportunidades comerciales
Corea del Sur, dijo el economista, tiene un nivel de ingreso per cápita de países desarrollados, en términos de paridad de poder adquisitivo, que se sitúa en US$ 33 mil. “De los cuatro países, Corea es, sin duda, con quien tenemos mayor relación comercial. El nivel de nuestras exportaciones es de US$ 2,000 millones”, agregó. Sin embargo, aún hace falta impulsar la exportación de valor agregado, dado que el 90% de los envíos peruanos son minerales.
Peñaranda también resaltó que el país asiático representa una parte importante del consumo de los peruanos, especialmente en el sector automotriz, con Hyundai, y en el rubro bélico, ya que el Gobierno habría adquirido materiales coreanos de ese sector.
En el caso de México, las reformas de flexibilización laboral harán que sea un país competitivo “al punto de que podría atraer localizaciones de producciones manufactureras, dado que podría ser tan atractivo como China en costos de producción”, aseguró el ejecutivo.
A pesar de que México sea “sensible” respecto al libre comercio agropecuario y agroindustrial —notorio en la entrada en vigencia del TLC—, Peñaranda prevé que los empresarios e industriales lograrán encontrar “nichos intra-industriales”, con lo cual sería posible competir dentro de una misma industria dependiendo del nivel de especialización que requieran los productos.
Otro de los retos sería voltear la balanza comercial con el país del tequila a favor del Perú, ya que en el 2010 fue deficitaria en US$ 840.5 millones, según ADEX. En el 2011, Perú exportó al mercado mexicano unos US$500 millones, pero el total de los intercambios fue US$ 1,500 millones.
Si bien Peñaranda cree que los MIST y los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— son “igualmente importantes cada uno en su contexto”, reconoce que estos últimos están “están enfrentando problemas en términos de crecimiento”. Esto permite que el aumento sostenido del PBI de los MIST, con menor medida en Turquía, brinde oportunidades comerciales más diversas.