Bloomberg.- China está intentando estabilizar la deteriorada relación comercial con Estados Unidos, en tanto la perspectiva de que la Administración Trump lleve a cabo una investigación sobre propiedad intelectual planteó el riesgo de una política de ojo por ojo por parte de Pekín.
Los funcionarios estadounidenses se aprestan a investigar a China debido a lo que la Administración percibe como violaciones a la propiedad intelectual, dijo un cargo de Gobierno que habló bajo condición de anonimato este miércoles ya que la indagación no ha sido anunciada.
Es una acusación que Pekín rechaza. El portavoz del ministerio de Comercio, Gao Feng, dijo este jueves que China presta “gran atención” a la propiedad intelectual y quiere mantener la buena cooperación con Estados Unidos.
No obstante, desde hace tiempo China tiene medidas compensatorias listas en caso de que surja una pelea comercial, incluidas limitaciones legales para las compañías extranjeras y reducciones de las importaciones en sectores específicos.
Mientras tanto, los medios estatales han señalado que el país reaccionaría contra cualquier medida comercial, como lo ha hecho en episodios anteriores. En esta oportunidad, la necesidad de proyectar fortaleza a nivel interno se combina con la próxima reorganización del liderazgo llevada a cabo dos veces por década que puede robustecer más el poder del presidente Xi Jinping.
“En vísperas del 19° Congreso del Partido, lo último que querrá China es una guerra comercial”, dijo Callum Henderson, director ejecutivo para Asia-Pacífico en Eurasia Group en Singapur. “También es importante que Pekín no parezca débil en este contexto. Por ende, cabe esperar una respuesta cauta, proporcional”.
Artículo 301
La Administración analiza encargar a la oficina del Representante Comercial estadounidense que lleve a cabo una investigación conforme el artículo 301 de la Ley de Comercio de 1974, informó The New York Times.
La disposición autoriza al presidente a imponer aranceles para proteger la industria estadounidense contra las prácticas comerciales desleales de países extranjeros.
Si Estados Unidos lanza la investigación, será la más reciente de varias que la Administración está llevando a cabo que afectarían los lazos comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
El Departamento de Comercio está considerando si las importaciones de acero desde China y otros productores extranjeros ponen en peligro la seguridad nacional, según otra disposición legal rara vez utilizada, el artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.
Después de transmitir señales cálidas a China al comienzo de su presidencia, Trump parece estar intensificando la presión sobre el Gobierno chino para que cambie sus maneras. Al mismo tiempo, ha sido reacio a poner en marcha fuertes aranceles a las importaciones o cuotas que podrían correr el riesgo de una repuesta.
Trump se echó atrás recientemente con respecto a amenazas de aplicar aranceles al acero extranjero, después de recibir las protestas del Grupo de 20 Países y de las empresas estadounidenses, para los cuales la medida aumentaría los costes.
La cuestión es si los funcionarios estadounidenses están dispuestos a correr el riesgo de una guerra comercial elevando la apuesta.
El Fondo Monetario Internacional advirtió el mes pasado que las políticas “cerradas” podrían desbaratar la recuperación mundial que hasta ahora ha sido resistente a las crecientes tensiones por el intercambio comercial.