Diana Mujica Maguiña
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Con las elecciones municipales y regionales en su último tramo -y con la disminución del gasto y la desaceleración de la economía local en primer plano-, Enrique Castillo, periodista y analista político, conecta los puntos entre el escenario electoral, la economía y la inversión privada, objetivo tan ansiado por el Ejecutivo.

¿Cómo afectará a las potenciales inversiones privadas el perfil de las nuevas autoridades?
En primer lugar, debemos decir que se trata de un perfil bastante debilitado.
Tenemos actualmente autoridades cuestionadas por corrupción, detenidas y un largo etcétera.

¿Ese perfil va a cambiar?
No. En este momento hay tres tipos de candidatos de donde saldrá la nueva autoridad: el postulante radical, que es antiinversión, antiminero; el candidato cuestionado por corrupción, por narcotráfico y también está el nuevo candidato. Cualquiera de estas opciones es difícil para los empresarios.

¿Por qué?
Porque en el caso del radical, el gremio empresarial ha actuado tratando de dar menos y obtener más, sin darse cuenta de que estas autoridades han conseguido movilizar a la población. Al final, esa subestimación acaba costando más caro y detiene proyectos.

¿Y en los otros casos?
Nadie se atreverá a firmar convenios o invertir con una autoridad cuestionada por corrupta.

¿La nueva autoridad es más esperanzadora?
El funcionario nuevo es inexperto y el proceso de aprendizaje puede retrasar, al menos, un año los procesos de inversión pública y privada. Si a eso se suman los errores que el MEF ha cometido en meses previos, y que han retrasado proyectos, el escenario se hace más complicado.

¿Esto debilita al Ejecutivo?
Sí. Cajamarca es una plaza simbólica en estas elecciones. Si Gregorio Santos gana las elecciones envía un mensaje muy claro al resto de políticos regionales.

Además, eso fortalecería la idea de que el Ejecutivo cedió ante las presiones y retrocedió en proyectos como Conga asentando la idea de un Gobierno débil.

Y luego están las elecciones presidenciales…
En este momento, las empresas ya no deciden nada, están ejecutando el final de sus presupuestos, pero están también decidiendo el del 2015. Pero al ser el año de la campaña presidencial el escenario se complica aún más. Ahora mismo, depende del MEF que las elecciones no retrasen la inversión dos años.

¿Por qué?
Nadie tomará decisiones hasta el 2016 si las señales que vienen del MEF no son más audaces y con acciones concretas para agilizar proyectos. Dependerá mucho del discurso del nuevo ministro.

¿Una crisis política golpearía a la economía?
No tenemos una crisis económica, pero ya vivimos una crisis política, la inestabilidad es parte del día a día. Y las señales que se le exigen a este Gobierno para aumentar las inversiones y fortalecer el gasto no llegan.
Al contrario, el Ejecutivo se ha encerrado en sí mismo. Renuncian ministros y asumen viceministros que forman parte de una cúpula que no parece mirar hacia afuera en lo absoluto.