El desplome del rublo reduce las ganancias de las compañías extranjeras en Rusia

La caída del rublo en Rusia golpea a los colosos empresariales de Europa occidental como Peugeot Citroën, Henkel y Carlsberg, debilitando aún más a las compañías afectadas por el estancamiento de la economía del país.

(Foto: Bloomberg)
(Foto: Bloomberg)

(Bloomberg) En tanto la moneda actualmente se encuentra en un mínimo récord frente al euro y el dólar, las compañías que apostaron fuerte a Rusia se encuentran con que la baja hace que para las fábricas locales sea más costoso importar insumos y componentes, aumenta los precios para los clientes y reduce el valor en moneda extranjera de las ganancias que logran obtener.

“El debilitamiento del rublo es un problema”, dijo la semana pasada el máximo responsable ejecutivo de Peugeot, Carlos Tavares, en el Salón del Automóvil de París. Atribuyó los problemas de su empresa en Rusia a “la falta de visibilidad para el cliente y el aumento de precio debido” a la caída del rublo.

La moneda se cotiza a unos 40 rublos por dólar, el nivel más bajo de su historia, en tanto el conflicto de Ucrania lleva a los inversores a vender sus carteras rusas. El banco central de Rusia gastó por lo menos US$ 1,680 millones de sus reservas para defender el rublo desde el 3 de octubre, muestran las cifras oficiales.

La inflación, entretanto, se aceleró al ritmo más veloz en tres años. La prohibición de importar algunos alimentos de la Unión Europea y los Estados Unidos -impuesta como represalia por las sanciones a Rusia- ha hecho subir los precios al consumidor.

Compañías como Peugeot, que posee el 70% de una empresa conjunta de montaje de autos con sede en los alrededores de Moscú, invirtió grandes sumas en plantas de fabricación en Rusia para evitar los aranceles y el costo de transportar los productos desde otros lugares de Europa, en tanto se beneficiaba con los incentivos del gobierno a la producción nacional.

Orillas del Volga
Siemens AG fabrica locomotoras con un socio local en Sverdlovsk, Carlsberg elabora cerveza en media docena de ciudades rusas y Renault produce automóviles en Moscú y Togliatti, en las orillas del Volga. Henkel, que fabrica el detergente Persil y el adhesivo Loctite, tiene ocho plantas en Rusia y otra en construcción… y dice que podría tener utilidades más bajas en el segundo semestre debido en parte a la caída del rublo.

Para reducir su dependencia de los insumos importados, Nissan Motor Co., que opera una planta en San Petersburgo, el mes pasado comenzó a trabajar en un parque industrial cercano para fabricantes de autopartes. El objetivo: reemplazar componentes que de lo contrario deberían ser importados de otros lugares de Europa. Peugeot y otras automotrices extranjeras también están buscando proveedores locales.

“Estamos volcándonos a fabricar más en rublos y vender en rublos, lo que favorece la autonomía de la empresa”, dijo Colin Lawther, vicepresidente sénior de fabricación y compras de Nissan en Europa.

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