Tokio (Reuters).- Las condiciones económicas en Japón han frenado su deterioro, pero siguen estando lo suficientemente débiles como para justificar la serie de estímulos fiscales y monetarios planeada por el próximo Gobierno recientemente electo, dijo la saliente administración en su reporte mensual.
En la última evaluación mensual emitida antes de que el Gabinete de Shinzo Abe asuma el 26 de diciembre, el Gobierno mantuvo sin cambios su pronóstico sobre la economía, rompiendo con cuatro meses seguidos de revisiones a la baja, la secuencia más larga desde la crisis financiera del 2008-2009.
Indicó que la economía japonesa mostraba “reciente debilidad debido a la desaceleración de la economía mundial “, usando la misma frase de noviembre.
“Hay algunos puntos positivos aquí y allá, pero en general, la economía sigue débil y no podemos ser optimistas”, dijo el funcionario del Gabinete a cargo de presentar los reportes mensuales a periodistas.
“Las compañías, especialmente las manufactureras, continúan operando en un duro ambiente y sus ganancias son bajas, puesto que la caída de las exportaciones pesa en la producción y en la confianza empresarial”, declaró.
El reporte se dio a conocer un día después de que el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) ofreciera su tercera dosis de estímulo monetario en cuatro meses, en momentos en que enfrenta a una creciente presión del próximo primer ministro Abe para tomar acciones más decisivas a fin de controlar la deflación.
Pero un nuevo aumento de 10 billones de yenes (118,500 millones de dólares) al programa de compra de activos y de préstamos del BOJ reflejó la preocupación del banco central respecto de la reducida confianza empresarial aparecida en el sondeo más reciente de Tankan, dijeron economistas.