La economía del Perú, el reemplazo del piloto

The Economist hace un análisis sobre el cambio de ministro de Economía y Finanzas en el Perú, en el contexto de la desaceleración económica del país, y del rol que podrá desempeñar Alonso Segura y si comparte la autoridad de su predecesor, así como sus puntos de vista.

Durante mucho tiempo, el trabajo de ser ministro de Economía y Finanzas del Perú implicó recibir aplausos. Gracias en gran parte a las exportaciones de las materias primas, el país ha tenido un desempeño económico sobresaliente en América Latina.

El crecimiento ha promediado un 6.4% anual en la última década. Alonso Segura, quien fue nombrado como reemplazo de su veterano jefe, Luis Miguel Castilla, el 14 de setiembre, se enfrenta a una estancia menos agradable en ese cargo.

El nuevo ministro comenzó a trabajar en el mismo día en que fueron anunciadas las cifras del Producto Bruto Interno (PBI) del Perú correspondientes a julio.

Éstas mostraron que la economía se expandió en un 1.2% ese mes, respecto al mismo mes del año anterior, mejor que la última y triste cifra de junio de 0.3%, pero todavía muy por debajo de las previsiones.

Segura, un economista formado en Estados Unidos que había servido como jefe del Gabinete de Asesores en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desde principios del 2013, admitió en su primera entrevista con los medios nacionales que el crecimiento de este año probablemente será inferior a 4% (frente a una proyección oficial muy recortada de 4.2%).

Segura mostró sin embargo un tono optimista, manteniendo la evaluación del MEF de que el crecimiento volverá a 6% en el 2015 y la ratificación de las políticas económicas de Castilla, que era el último miembro del gabinete original del 2011 del presidente Ollanta Humala.

Su inesperada renuncia fue oficialmente por razones personales. Pero a ésta siguió la derogación por parte del gobierno del impopular plan de Castilla de exigir que los trabajadores independientes hagan aportes a los fondos privados de pensiones, y a los esfuerzos de la oposición para hacerlo responsable por la desaceleración de la economía. Esto es sólo parcialmente justo.

Los precios de los minerales más bajos han provocado una desaceleración de la inversión minera, aunque una pausa en la inversión pública también es culpable. Castilla respondió con un paquete de estímulo anunciado en julio.

Los proyectos de infraestructura, incluyendo el inicio de la construcción a finales de este mes de la Línea 2 del Metro de Lima por US$ 6,000 millones, y el Gasoducto Sur Peruano por US$ 4,000 millones, deben revertir la caída de la actividad de la construcción. Pero la minería, el motor más grande de la economía, necesitará más tiempo para acelerarse.

La producción en las minas envejecidas del Perú cayó un 3.9% en julio, con la producción de cobre que bajó en un 4.1% y la de oro en un 19%.

El gobierno había estado apostando a una nueva mina, Toromocho, operada por China Aluminium Corporation, para producir 120 mil toneladas de cobre este año. Pero problemas técnicos inesperados hicieron que su producción en la primera mitad del año fuera de sólo 31,000 toneladas. El próximo año debe ser mejor.

Una nueva mina de US$ 1,800 millones en construcción por Hudbay de Canadá debe iniciar su producción comercial a principios del 2015; Cerro Verde, una gigantesca mina operada por Freeport McMoRan de los Estados Unidos, está avanzando un plan de expansión de US$ 4,000 millones que duplicará su producción a más de 300 mil toneladas en el 2016.

Pero los resultados de las elecciones locales y regionales del 5 de octubre podrían obstruir algunos desarrollos. Los candidatos que se oponen a los proyectos extractivos están haciendo fuertes campañas en las principales regiones mineras, incluyendo Cajamarca, donde el proyecto de cobre y oro Conga, de US$ 5,000 millones, se ha estancado durante casi tres años.

Y aunque el Perú se las arregla para aumentar su producción de minerales para compensar la caída de los precios, aún deja a Segura con la tarea de diversificar la economía de los productos básicos. La promesa de bienvenida de Segura ha sido la continuidad de las políticas.

Pero Castilla fue, de lejos, el más poderoso miembro del gobierno de Humala, y disfrutó de una relación cercana con Nadine Heredia, la influyente primera dama. Él tenía el peso político para bloquear las ocasionales ideas populistas del presidente.

Perú pronto descubrirá si Segura comparte la autoridad de su predecesor, así como sus puntos de vista.

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