EE.UU. da primeros pasos para poner fin al embargo comercial a Cuba

En un desafío a las duras críticas que enfrenta en el Congreso, el presidente estadounidense Barack Obama cumplió con el compromiso que hizo un mes atrás de comenzar a relajar algunas sanciones económicas contra la isla, como parte de un esfuerzo para poner fin a décadas de hostilidad entre ambos países.

Tradicional vista de La Habana, capital de Cuba. (Foto: AP)
Tradicional vista de La Habana, capital de Cuba. (Foto: AP)

WASHINGTON, (Reuters).- Estados Unidos anunció el jueves una serie de medidas para aliviar el embargo de cinco décadas sobre Cuba, abriendo el acceso de la isla a una serie de actividades tanto financieras como comerciales y ampliando los permisos de viajes.

En un desafío a las duras críticas que enfrenta en el Congreso, el presidente estadounidense Barack Obama cumplió con el compromiso que hizo un mes atrás de comenzar a relajar algunas sanciones económicas contra la isla, como parte de un esfuerzo para poner fin a décadas de hostilidad entre ambos países.

El embargo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde hace 54 años permanecerá en vigencia. Sólo el Congreso puede levantarlo. Sin embargo, el paquete de nuevas reglas emitidas por los departamentos de Comercio y del Tesoro permitirá exportaciones estadounidenses a Cuba de equipos para telecomunicaciones, agricultura y construcción, la ampliación de permisos de viajes y autorizará ciertos tipos de relaciones bancarias.

Las normas constituyen el primer paso tangible de Estados Unidos para implementar los cambios que Obama prometió el 17 de diciembre, cuando él y el presidente cubano Raúl Castro anunciaron planes para restaurar las relaciones diplomáticas entre los dos enemigos de la Guerra Fría.

“El anuncio de hoy nos coloca un paso más cerca de reemplazar políticas obsoletas que no funcionaban y pone en vigor una política que ayuda a promover las libertades políticas y económicas para el pueblo cubano”, dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, en un comunicado.

Si bien Castro dio la bienvenida al acercamiento del mes pasado, dejó en claro que no busca abandonar el gobierno de partido único ni el control estatal sobre la economía. Los críticos en el Congreso del cambio de Obama dicen que Washington no debería beneficiar a Cuba. Las nuevas regulaciones, vigentes a partir del viernes, permitirán a los estadounidenses viajar a Cuba por cualquiera de 12 razones específicas, incluyendo visitas familiares, educación y religión, sin obtener antes una licencia especial del Gobierno de Estados Unidos.

Si bien el turismo general seguirá prohibido, a aquellos ciudadanos estadounidenses que visiten la isla se les permitirá llevar pequeñas cantidades de cigarros cubanos a su país. Las nuevas medidas también facilitarán a las compañías de Estados Unidos la exportación de teléfonos celulares y software así como el suministro de servicios de Internet en Cuba. También se permitirá a las aerolíneas estadounidenses ampliar sus vuelos a la isla caribeña.

En una ampliación de las remesas permitidas, los estadounidenses podrán enviar hasta 8.000 dólares anuales a Cuba, frente a los 2.000 previamente permitidos, y tendrán autorización para llevar hasta 10.000 dólares cuando viajen a la isla. Se permitirá también usar tarjetas de crédito y débito en la nación caribeña. Además, habrá un cambio en la definición de “efectivo por adelantado”, que podría ayudar a varios grupos empresariales, especialmente en el sector agrícola de Estados Unidos, a ganar mayor acceso a los mercados cubanos.

El anuncio de las medidas se hizo después de que Washington dijera el lunes que el Gobierno de Castro había cumplido su promesa de liberar a 53 prisioneros políticos y una semana antes de unas reuniones de funcionarios de alto nivel en La Habana, destinadas a comenzar a normalizar los lazos, incluyendo las discusiones sobre el momento de reabrir embajadas.

UN PASO SIGNIFICATIVO

El portavoz de Obama, Josh Earnest, lo llamó un “paso significativo” en el cumplimiento de la nueva estrategia del mandatario sobre Cuba. El presidente declaró el mes pasado que las décadas de intentar forzar un cambio a través de un aislamiento no habían funcionado. Sin embargo, el senador republicano Marco Rubio, un cubano estadounidense y enérgico crítico del cambio de la política, calificó el anuncio como un “golpe de suerte para el régimen de Castro que lo usará para financiar su represión contra los cubanos, así como sus actividades contra los intereses nacionales de Estados Unidos”.

Si bien Obama está empleando sus poderes ejecutivos para flexibilizar las barreras comerciales con Cuba, los republicanos que controlan el Congreso han dejado claro que no lo dejarán levantar el embargo.

Washington impuso sanciones económicas sobre Cuba luego de que Fidel Castro adoptara una línea de gobierno socialista que hizo de la isla una cercana aliada de la Unión Soviética, y rompió relaciones diplomáticas en 1961.

Funcionarios de Estados Unidos dejaron en claro que las nuevas medidas no implican que Cuba ahora esté abierta para los negocios, subrayando que si bien están permitidas inversiones en el limitado número de pequeñas empresas de la isla, la inversión en general aún está prohibida.

Las reacciones de la comunidad empresarial estadounidense, que presionó al Gobierno a abrir los mercados cubanos, fue mayormente positiva pero cauta. “Las regulaciones fueron bienvenidas y fueron incluso más lejos que las expresadas en el anuncio del presidente”, dijo Jake Colvin, vicepresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior. “Pero ahora dependerá de la realidad en el terreno en Cuba”.

El Gobierno cubano, que por décadas ha criticado las restricciones impuestas por Estados Unidos, no hizo comentarios de inmediato sobre la histórica decisión anunciada el jueves. Pero cubanos consultados por Reuters en La Habana se mostraron asombrados y felices con los anuncios.

“Estas medidas ayudan a lo que es la economía del país, ahorrar dinero al país de forma general, es beneficioso”, dijo a Reuters Nelson Fernández, un trabajador estatal de 24 años. Orlando Veliz, chef en un restaurante privado en La Habana, dijo que la medida ayudará a los negocios en Cuba. “Pensamos que entren más norteamericanos, que puedan venir, que podamos atender a más clientes (…) siempre es bueno para la economía del país, para nuestra propia actividad”, sostuvo Veliz.

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