¿Qué le espera a la economía para el próximo año?
El corto plazo, dígase el 2013, pinta bien (…). Este año el crecimiento es más cercano al 6% y el próximo año, al 7%. Además, una mina importante como Toromocho entrará a producir en la segunda parte del año, más el efecto de Antamina ampliada y Antapaccay. El consumo privado viene dinámico, a un ritmo de 6%, y la inversión extranjera directa también está al tope. Entonces, no hay un contexto de crisis en el Perú.
¿No ve riesgos que puedan limitar el crecimiento?
Hay dos riesgos para el próximo año. Uno es que la situación europea no mejore tan rápido, porque la recesión continúe y la parte fiscal no vaya también. Y el otro es un riesgo político , de gobernabilidad. Recordemos que apenas vamos un año y medio de gobierno y cuatro ministros del Interior y cuatro de Defensa.
¿La seguridad nacional preocupa realmente?
El caso reciente de Kiteni demuestra que todavía hay un flanco débil. Ojalá que nunca pase, pero un atentado contra el ducto, más allá del efecto a corto plazo, pone bajo tela de juicio el futuro del país y puede afectar a la inversión privada, por lo menor por un tiempo.
¿Considera que es suficiente el crecimiento alto?
Sí es suficiente, pero no es duradero. Ahora, por ejemplo, faltan supermercados y se construyen cien más. Cuando hayan los cien más, no se necesitarán otros cien. Hay industrias que están subpenetradas. Estamos en un efecto “catch up”, pero no estamos poniendo los cimientos del crecimiento a largo plazo.
El riesgo peruano hoy día está en el mediano plazo. Es decir, cuando se acabe esta convergencia rápida , no estaremos preparados para saltar a otra etapa de desarrollo, que significa mejor salud, mejor educación, mejor infraestructura. Ahí, el Perú sí se podría estancar hacia finales de esta década.
¿Cuáles son, entonces, las reformas pendientes para asegurar el desarrollo?
Básicamente mejorar los servicios públicos y mejorar la infraestructura. Esan van a hacer nuestras barreras del crecimiento a futuro. Ya no hablamos del 2013, sino de cinco o diez años más adelante.
La infraestructura está ligada a la competitividad, que en el Perú tiene cara de pyme. La gran masa empresarial, de baja productividad y masiva creadora de empleo, está muy rezagada en el mundo y en la región. Entonces, el estado debe diseñar para que estas pymes suban su productividad de manera notable.
¿Cuándo espera que se apliquen estas reformas?
Son plazos más largos, pero tendrían que comenzar ya. Incorporar a los ex pobres a la ciudadanía supone metas más finas, más difíciles.
