(Reuters).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentó hoy de forma dramática la presión sobre las estancadas conversaciones por la deuda de Grecia, al anunciar que su delegación rompió las negociaciones en Bruselas y volvió a casa por sus grandes diferencias con Atenas.
El inesperado anuncio del FMI llegó mientras la Unión Europea advertía al primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, que deje de jugar con el futuro de su país, a punto de quedarse sin liquidez, y adopte decisiones cruciales necesarias para evitar una devastadora cesación de pagos.
Una fuente griega dijo a Reuters que la delegación griega que estaba negociando un acuerdo de financiación a cambio de reformas abandonó Bruselas y volvió a su país.
“Hay grandes diferencias entre nosotros en la mayoría de áreas importantes”, dijo el portavoz del FMI, Gerry Rice, a periodistas en Washington. “No hubo progresos recientemente en la reducción de esas diferencias, por lo que estamos bastante lejos de un acuerdo”.
Grecia necesita un acuerdo para desbloquear ayuda antes de fin de mes, ya que de otra forma no podrá realizar un pago de US$ 1,800 millones al FMI.
Esto podría generar controles de capital y, posiblemente, presionar de forma dolorosa a Grecia hacia una salida de la zona euro, con consecuencias impredecibles para los mercados financieros y la economía europea.
Rice dijo que los puntos más delicados siguen siendo las pensiones, los impuestos y la financiación. El equipo técnico del FMI volvió a Estados Unidos, pero sigue “totalmente comprometido” con Atenas, aseguró.
¿Fin del juego?
Antes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, lanzó un mensaje directo sin precedentes al Gobierno griego tras cuatro meses de amargas negociaciones.
“No hay más tiempo para juegos. Me temo que está llegando el día en que alguien dice que se acabó el juego”, afirmó en una conferencia de prensa, tras presidir una cumbre entre la UE y América Latina que estuvo dominada por las intensas conversaciones con Tsipras en los márgenes del encuentro.
“Es muy obvio que necesitamos decisiones, no negociaciones”, dijo Tusk, agregando que Atenas debe ser “más realista”.
Tsipras se reunió durante dos horas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero ninguna de las partes reportó avance alguno.
“Entré a la sala de torturas”, dijo Juncker a Tsipras al comienzo de su encuentro.
Funcionarios de la UE describieron más tarde la reunión como “el último intento” para alcanzar un acuerdo.
Tsipras comentó a periodistas que trabajó para superar las diferencias restantes en asuntos fiscales y financieros.
“Estamos trabajando para asegurar un acuerdo que garantice que Grecia se recuperará con cohesión social y deudas públicas viables”, señaló.
Sin embargo, hay una sensación más optimista de los funcionarios de la UE implicados en las negociaciones detalladas con Grecia, que aseguraron que hay una buena oportunidad de lograr un acuerdo antes de la próxima reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro el 18 de junio en Luxemburgo.
“Al final de las conversaciones hubo unanimidad absoluta de que Grecia trabajará intensamente y a toda máquina hacia adelante (…) en los próximos días para resolver los temas pendientes”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel.
Para alcanzar un acuerdo, los funcionarios de la UE dijeron que el Gobierno de Tsipras debe ofrecer ahorros alternativos y medidas impositivas que reemplacen los recortes a las jubilaciones y aumentos de impuestos propuestos que él rechaza como antisociales para tener un superávit fiscal modesto ante el pago de intereses.