San Petersburgo (Reuters).- El Grupo de los 20 afirmó que la economía global está mejorando pero que es demasiado temprano para declarar el final de la crisis, pues los mercados emergentes están enfrentando una creciente volatilidad.
Los líderes del G-20 -que agrupa a economías desarrolladas y emergentes que representan el 90% de la economía global y dos tercios de la población mundial- reconocieron los problemas que viven algunas naciones emergentes, pero dijeron que en primer lugar es responsabilidad de ellas ordenar sus asuntos.
La posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos reduzca sus políticas monetarias expansivas este mes ha provocado agitación en algunas economías emergentes, que habían gozado de un crecimiento acelerado gracias en parte a una catarata de dólares baratos.
Las potencias emergentes y desarrolladas del G-20 tuvieron problemas para encontrar coincidencias respecto a la turbulencia desatada por la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su impresión de dinero.
El comunicado final de la cumbre de dos días se alineó bastante con el publicado por ministros de Finanzas en julio, en el que dijeron que los cambios a la política monetaria deben ser “calibrados cuidadosamente y comunicados claramente”.
El G-20, que se formó en el 2009 en respuesta a la crisis global, ahora vive una recuperación a diferentes velocidades, con la economía de Estados Unidos empujando hacia adelante, Europa quizás encontrando un piso, y las economías emergentes sufriendo traspiés a partir de una inminente reducción de los estímulos de la FED.
Mientras era emitido el comunicado, los mercados estaban concentrados en el reporte mensual de empleo del Gobierno de Estados Unidos, que fue más débil que lo previsto, lo que complica la decisión de la FED respecto a reducir su enorme estímulo económico este mes.
Las demandas encabezadas por Alemania de establecer metas vinculantes para extender los objetivos de reducción de deuda de Toronto acordados en una cumbre en Canadá en el 2010 cayeron en saco roto debido a que el foco ha cambiado firmemente hacia la promoción del crecimiento.
“Las estrategias fiscales a mediano plazo (…) serán implementadas en forma flexible para tomar en cuenta condiciones económicas de corto plazo, así como para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleos, mientras se pone a la deuda como proporción del PIB en un camino sostenible”, declaró el G-20 en el comunicado.
Nuevos elementos hicieron referencia a una iniciativa de crecimiento propuesta por Australia -que asumirá la presidencia del G-20 el próximo año- que apunta a endurecer la regulación de la llamada “banca fantasma” y a extender el plazo para controlar el proteccionismo comercial.