(Reuters).- Durante la reunión de los ministros de finanzas de las economías más importantes de mundo en Australia, el G20 acordó implementar políticas que impulsen el Producto Bruto Interno(PBI) hasta el 2%, en más de US$2 billones, en los próximos cinco años.
Desde la crisis financiera de 2008, el avance en la recuperación del crecimiento económico fue obstaculizado por políticas de austeridad en Europa, una alta tasa de desempleo en Estados Unidos y un enfriamiento en la intensa expansión de China.
El compromiso de 2% está arriba de los niveles esperados para los siguientes cinco años, creando posiblemente decenas de millones de nuevos empleos.
Para algunos expertos, la propuesta del G20 tiene tantos agujeros que no sorprende que sea el primer objetivo oficial que todos sus miembros estuvieron dispuestos a aceptar.
Cada país tiene hasta noviembre para elaborar sus propios planes supuestamente “concretos”, pero no hay nada que obligue a hacer cumplir su aplicación, excepto la persuasión moral de los demás miembros. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dicho que estará pendiente de que se avance en los planes, pero no tiene poder para obligar o castigar.
“Ni siquiera estamos seguros de dónde nos encontramos ahora en el crecimiento. ¿Cómo vamos a ser capaces de juzgar si se cumplen estos objetivos?” dijo Michael Blythe, economista jefe de Commonwealth Bank of Australia.
De hecho, los alemanes se mostraron renuentes a firmar cualquier objetivo duro, pero aceptaron la meta de crecimiento porque no era vinculante. Otros también hicieron hincapié en que era una aspiración, no una promesa fija.