Atenas (Reuters).- La policía se enfrentó el jueves en la capital griega con manifestantes que protestaban contra un programa de austeridad y una persona murió durante los disturbios, mientras una huelga general paralizaba gran parte del país sumido en una profunda crisis y cerca de la bancarrota.
Casi 40,000 trabajadores griegos participaron de la segunda huelga general en tres semanas y marcharon por Atenas buscando mostrar a los dirigentes europeos que se reúnen en Bruselas que la nueva ola de recortes en los salarios y en las pensiones solo empeorará una situación dramática tras cinco años de recesión.
La tensión creció cuando un pequeño grupo de manifestantes comenzó a lanzar pedazos de mármol, botellas y bombas molotov a la policía, que cerraba con barricadas parte de la plaza ubicada frente al edificio del Parlamento. Los efectivos policiales respondieron lanzando gases lacrimógenos.
Un manifestante de 65 años murió de un ataque cardíaco, dijeron a Reuters fuentes de un hospital, y otras tres personas fueron heridas. La policía detuvo a unos 50 manifestantes por participar en los disturbios.
La mayor parte de las empresas y del sector público suspendió su actividad por una medida de fuerza de 24 horas convocada por los dos mayores sindicatos del país, ADEDY y GSEE.
“Basta es basta. Han cavado nuestras tumbas, nos han sepultado y estamos esperando al cura para que lea las últimas palabras”, dijo Konstantinos Balomenos, un trabajador de 58 años de una empresa de agua cuyo salario fue recortado a la mitad, a 900 euros, y que tiene dos hijos desempleados.
Esta es la tercera vez desde fines de septiembre que decenas de miles de griegos salen a las calles con pancartas y gritando consignas para mostrar su enojo con las políticas de austeridad, impuestas por la UE y el FMI a cambio de la ayuda financiera que brindan a Atenas.
Algunos manifestantes portaban banderas de Grecia, España y Portugal y gritaban: “UE, FMI, fuera”.
“Aceptar medidas catastróficas supone llevar a la sociedad a la desesperación y las consecuencias, así como las protestas, serán entonces indefinidas”, dijo Yannis Panagopoulos, líder del sindicato del sector privado GSEE, que representa a unos 2 millones de trabajadores, lo que supone la mitad de la fuerza laboral del país.
Grecia está hundida en su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y debe recortar gastos por al menos 11,500 millones de euros más para satisfacer a la “troika” formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y conseguir así el próximo tramo del rescate de 130.000 millones de euros.