Bloomberg.- A manera de relato admonitorio sobre lo adversa que puede resultar para los Estados Unidos una guerra comercial con China en la era del presidente Donald Trump, basta conversar con el máximo responsable de REC Silicon ASA, Tore Torvund.
Después de que Estados Unidos aplicó aranceles a las exportaciones de paneles solares chinos en el 2011, China replicó aproximadamente un año más tarde con medidas contra las exportaciones estadounidenses del polisilicio utilizado para fabricar dichas unidades.
Junto con otros productores en Estados Unidos, REC Silicon, una compañía noruega que produce el material en fábricas de Moses Lake, Washington y Butte, Montana, quedó aplastada.
En los tres últimos años, el total de empleados estadounidenses de la empresa se redujo en unos 350 en tanto las órdenes se desplomaron, señaló Torvund en una entrevista en Pekín.
La solución: abrir una empresa conjunta de US$ 1,000 millones en la ciudad de Yulin, en el centro de China, que empleará no menos de 650 trabajadores.
“Necesitamos construir capacidad dentro de China ya que no tenemos acceso a China desde los Estados Unidos” dijo. “Esto comenzó en los Estados Unidos. Es lo que suele ocurrir: cuando un país toma una medida, otro país adopta una diferente”, agregó.
Este caso ilustra que las tarifas a las exportaciones chinas que Trump amenazó con imponer durante su campaña pueden tener un efecto búmeran y perjudicar a los Estados Unidos.
Más allá de los méritos de las tarifas estadounidenses sobre los paneles solares --y cualesquiera otras similares que Trump pueda imponer-- el resultado consistió en pérdidas para China, los Estados Unidos y el sector solar.
China reacciona rápido a los desprecios estadounidenses
Esta historia no es única. Es probable que una pelea comercial entre Estados Unidos y China a raíz de los neumáticos que comenzó en el 2009 haya creado ciertamente algunos empleos en ese sector en Estados Unidos.
Pero, en definitiva, llevó a una pérdida total estimada de más de 2,500 empleos estadounidenses dado que los consumidores gastaron más en neumáticos y menos en otros productos, reduciendo el empleo en el sector minorista, según un artículo del 2012 del Peterson Institute for International Economics en Washington.
Los productores de pollo también perdieron ventas por exportación cuando China se vengó contra ese sector, precisó el informe.
Torvund habló largamente sobre cómo afectó la guerra por la energía solar a REC Silicon y a ambas naciones. A continuación, algunos extractos:
Pregunta: ¿Cómo afectó esta guerra comercial a REC Silicon?
Respuesta: Ochenta por ciento de la capacidad de utilizar polisilicio está ahora en China.
Como industria con sede en Estados Unidos, depende casi totalmente de tener acceso al mercado chino. Esto significa que los productores estadounidenses quedan fuera del 80% del mercado mundial. Si quisiera enviar polisilicio a China, tendría un arancel de 57%.
El precio en China es actualmente de US$ 17 por kilo. Si los clientes de Estados Unidos en China quisieran comprar a ese país, deben vender a US$ 11 porque ellos pagan luego sobre eso un 57% de arancel. En la práctica, no es posible.
Pregunta: ¿Cómo respondieron ustedes a la guerra comercial?
Respuesta: Establecimos una empresa conjunta con un socio chino --nosotros tenemos el 49%, ellos el 51% -- para construir una planta aquí en China.
REC tiene una tecnología particular y los chinos me pagaron US$ 200 millones para ingresar en esta empresa conjunta porque quieren construir una planta con este tipo de tecnología. Debe comenzar a funcionar en el tercer trimestre.
Esta planta tendrá una capacidad igual a la que tenemos en los Estados Unidos, unas 20,000 toneladas métricas de capacidad de polisilicio. Tendremos unos 600 o 650 empleados aquí. Hay unos 20 estadounidenses manejando este proyecto aquí en China.
Hemos tenido a 50 chinos trabajando en nuestras dos plantas en los Estados Unidos para capacitarse durante un año. Funcionará a plena capacidad.