(Bloomberg) Suele decirse que cuando se está en un hoyo hay que dejar de cavar. Es una enseñanza simple que sin duda ha ignorado una industria minera cuyo valor ha perdido más de US$ 1,400 millones debido a que cavó demasiados hoyos en todo el mundo.
La caída de 73% de la industria respecto de un pico del 2011 supera por mucho el derrumbe de 49% de la industria petrolera en el mismo período.
Cuánto tardará el mundo en consumir los grandes inventarios de metales, carbón y mineral de hierro fue el tema central de debate del mayor cónclave de inversión del sector minero realizado esta semana en Ciudad del Cabo, al que asistieron más de 6,000 altos ejecutivos, banqueros, operadores, analistas, compañías mineras y periodistas. Las siguientes son algunas de sus conclusiones.
Lo peor está por venir
Este año podría ser el peor, dado que la tendencia a la declinación de los precios se prolonga, según el presidente ejecutivo de Anglo American, Mark Cutifani, que dice que su compañía debería estar mejor preparada “para el invierno que inevitablemente sucede al verano”.
Reveló que, desde que entró en funciones hace 33 meses, los ingresos de la compañía habían caído un promedio de US$ 350 millones por mes.
Rio Tinto Group también se prepara para un año difícil, y su presidente ejecutivo, Sam Walsh, pronosticó en Bloomberg Television que los problemas producto de la caída de las materias primas se extenderán a las grandes compañías.
La empresa siguió los pasos de sus rivales y eliminó la política de aumento gradual de dividendos.
El sector se divide en dos: las compañías que ya tienen problemas y las que resistirán la caída y saldrán fortalecidas para el inicio del siguiente ciclo.
El máximo responsable ejecutivo de Vedanta Resources, Tom Albanese, vaciló en decir que se había tocado fondo. Al igual que sus pares, Vedanta se concentra en pagar sus deudas y se dedicará a “hacer eso y resistir”, comentó.
“Las compañías que logren hacerlo serán las que mejor se recuperen”, manifestó Albanese, ex máximo responsable de Rio Tinto.
La abundancia desde mineral de hierro hasta cobre constituye el principal desafío para el sector. El crecimiento chino más lento en una generación ha derivado en un exceso de reservas de metales del cual la industria es la mayor responsable, señaló Cutifani.
El elevado costo de las limpiezas medioambientales luego del cierre de una mina impide las clausuras y prolonga la caída.
“Hay un exceso de oferta de la mayor parte de las materias primas y, por más doloroso que sea, en términos económicos y racionales hay que dejar que el mercado cree un futuro sostenible a largo plazo”, afirmó Graham Kerr, el máximo responsable ejecutivo de South32 Ltd., una escisión de BHP Billiton.