El candidato de Todos por el Perú, Julio Guzmán publicó hace cuatro años (13.02.2012) una columna en la que trazaba los lineamientos hacia una reforma del aparato productivo del país.
A continuación reproducimos el artículo publicado en este diario:
Lineamientos para la reforma del sector productivo
La atención efectiva y moderna del Estado a los desafíos que enfrenta el sector productivo nacional se ha convertido en un clamor del empresariado, grande, mediano, y pequeño, cada uno con sus retos diferenciados.
El interés del Ejecutivo de repensar la estrategia de desarrollo productivo territorial pudiera parecer obvio. Primero, porque si la inclusión es el buque insignia de la administración, esta no se va a lograr con la expansión de los programas sociales, por más bien administrados y mejor financiados que estos se encuentren.
La experiencia internacional muestra que el crecimiento con equidad se logra, de forma sostenible y efectiva, a través de aumentos permanentes en la productividad de las empresas (crecimiento), el cierre de brechas de productividad interna (inclusión productiva) y saltos de productividad vía la innovación y la tecnología (convergencia con el mundo).
Hoy, en el Perú las disparidades en productividad a nivel de empresa son escalofriantes. En promedio, el trabajador de la gran empresa produce en un día lo que uno de la microempresa logra en 16; el trabajador de una firma ubicada en Lima produce en un día lo que uno empleado en una localizada en el interior del país obtiene en nueve (ver Villarán, 2007).
La segunda razón de la urgencia de una reforma es que, al margen del mandato político inclusivo, el actual patrón de crecimiento del país no es sostenible en el tiempo; este ha sido altamente dependiente de la solidez del precio de las materias primas que exportamos y de una política macroeconómica acertada que promueve las inversiones pero que ya muestra una fatiga en generar riqueza en el margen.
En otras palabras, el control de la inflación y el clima de estabilidad para los negocios dejaron de ser los obstáculos más importantes para el emprendimiento y el crecimiento de las empresas; la nueva agenda se centra en reformas microeconómicas a nivel de empresas que remuevan los cuellos de botella sistemáticos que gobiernan la economía peruana, para así aprovechar al máximo de forma inteligente la estabilidad macroeconómica ganada y la profunda integración comercial lograda con el mundo a través de los TLC.
¿Cómo plantear la reforma del sector productivo? En mi opinión, la secuencia puede ser la siguiente: el diagnóstico, la visión de la reforma y los pilares operativos. En el siguiente artículo me centraré en discutir una visión de la reforma productiva