(AFP) Los mercados ven con temor la posibilidad de una eventual presidencia de Donald Trump, quien lidera parcialmente la carrera a la presidencia de Estados Unidos disputada voto a voto con Hillary Clinton.
El magnate multimillonario de 70 años está primero después de ganar el clave estado de Ohio y busca ahora vencer en Florida, en esta elección presidencial.
Y los primeros números pusieron a temblar al mundo financiero: el peso mexicano cayó en las operaciones en Asia a su más bajo nivel histórico. La bolsa de Tokio perdía más de 4%, mientras que los indicadores estadounidenses también se venían abajo, con una caída de -4.14%.
Clinton, que acaricia el sueño de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos a los 69 años, ganó por su parte el también estado clave de Virginia.
El ganador necesita llegar al número mágico de 270 votos electorales, surgidos, en realidad, de 51 mini escrutinios en cada estado y la capital, Washington. No se conocerá el ganador definitivo hasta las 03h00 GMT del miércoles.
“Haciendo historia”
Por primera vez en la historia, el voto latino, que rompe récords cada cuatro años debido al crecimiento de la población, podría ser decisivo y ayudar a Clinton a alcanzar la Casa Blanca.
El miedo a una victoria de Trump, que ha dicho que los mexicanos son “violadores” y “narcotraficantes”, y que si es elegido, construirá un muro en los 3,200 kilómetros de frontera con México y deportará a los 11 millones de indocumentados del país, ha movilizado a los hispanos, la primera minoría del país.
La mayoría de los latinos votan a Clinton, pero tradicionalmente acuden poco a las urnas.
En Florida, que Trump precisa para ganar y donde Clinton ha avanzado gracias al voto de los puertorriqueños, los candidatos estaban cabeza a cabeza: con 91% de los votos escrutados, Trump aventajaba ligeramente a Clinton por 49.2% contra 47.7%.
“Estamos haciendo historia, la gente está saliendo a votar”, dijo en Miami el puertorriqueño Jimmy Torres, coordinador de la ONG Boricua Vota. “Es emocionante que nos toque este rol. Nosotros podemos tirar el juego para un lado o para el otro”.
El propio Trump reconoció la importancia de Florida.
“No se den por vencidos, sigan saliendo a votar; esta elección está LEJOS DE HABER TERMINADO! Nos está yendo bien pero hay tiempo de sobra. VAMOS FLORIDA!”, tuitéo.
En el barrio latino de East Los Angeles, para el mexicano estadounidense Margarito Salinas, de 88 años, la opción era fácil.
“Ese tipo es casi un nazi”, dijo Salinas. “Yo le di mi voto a ‘La Señora’”.
En Corona, Queens, el corazón hispano de Nueva York, la mexicanoestadounidense Rosa Hernández, de 34 años, cuenta que votó por “La Hillary” porque “tiene la cabeza un poquito más ordenada que Trump, que tiene mucho racismo, está lleno de odio contra los mexicanos y las mujeres, no está en sus cabales”.
“Nueva York te odia”
Una alegre Clinton votó temprano, poco después de las 08H00 locales en una escuela cerca de su casa en Chappaqua, en el estado de Nueva York, que ganó.
“Espero ser recordada como alguien que comenzó a ayudar a sanar nuestro país, superar la división”, dijo luego a la radio WOKQ.
Donald Trump votó en una escuela cerca de la Trump Tower en Manhattan, bajo los abucheos de simpatizantes de su rival que le gritaban “¡Nueva York te odia!”.
Con rostro serio, votó junto a su esposa Melania en cabinas distintas. “Fue una difícil opción”, bromeó después.
Los dos candidatos tienen previsto realizar “fiestas de la victoria” para esperar los resultados al final de la jornada, ambas en Manhattan, a apenas 3 km de distancia.
La votación fue pacífica, pero al final del día un tiroteo que dejó dos muerto y dos heridos en un barrio residencial de Azusa (40 km al este de Los Angeles) provocó el cierre anticipado de dos oficinas de votación cercanas.
Hartos
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, la campaña dejó a una población exhausta. Un 82% de los estadounidenses se declararon hartos en un sondeo reciente.
Los dos candidatos son como el agua y el aceite: la abogada Clinton es una figura política hace 25 años, a quien la mitad de los estadounidenses detesta y duda de su honestidad. Esposa del expresidente Bill Clinton (1993-2001), fue primera dama, senadora y luego secretaria de Estado del presidente Barack Obama.
Menos querido aún, Trump, millonario exestrella de telerrealidad y sin haber sido electo nunca, supo interpretar como nadie los temores de una clase media blanca frustrada en un mundo en mutación.
Antiinmigrante y sexista, impulsivo y corrosivo, denunciado por varias mujeres que dijeron haber sido toqueteadas por él, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política. La dirigencia del partido Republicano le dio prácticamente la espalda.