El impacto en la economía brasileña, obtenido de la Copa del Mundo, será de alrededor de US$ 63,000 millones comprendido en el período 2010-2014, según un informe realizado por Deloitte.
Esta cifra significará un aumento de 2.17% en el Producto Bruto Interno de este año en comparación al 2010, sólo por la organización del Mundial.
Asimismo, el Mundial tendrá un impacto estimado en los PBI municipales de US$ 6,500 millones, siendo Rio de Janeiro el líder con un crecimiento de US$ 440 millones.
Estos 6,500 millones de inversión se distribuyen principalmente en 2,000 millones para la construcción de nuevos estadios; 1,300 millones a ampliar y mejorar los servicios hoteleros; 1,200 a la reurbanización y puesta en valor de las ciudades participantes y 530 millones para ampliar y mejorar la capacidad instalada de la red aeroportuaria.
Oportunidad para Latinoamérica
La Copa del Mundo de fútbol es el hecho de mayor convocatoria global. Así lo demuestran las siguientes afirmaciones:
La pauta publicitaria mundial asociada a Brasil 2014 se espera que alcance los US$ 2,900 millones, mientras que durante la Copa del 2006, la pauta publicitaria global creció un 5.1%.
Sólo en Brasil, la pauta publicitaria diaria equipara a la realizada en el Super Bowl Norteamericano, con empresas como AmBev, Coca-Cola, Itaú, Johnson & Johnson, Hyundai, Nestlé, Oi y Magazine Luiza, quienes invierten US$ 2 millones por cada día de competencia.
Las principales marcas del mundo son sponsors de las 32 selecciones participantes. Adidas, Coca Cola y Nike son las de mayor presencia y ninguna selección cuenta con menos de 15 patrocinadores.
Los premios que se reparten a las selecciones nacionales por participar en el Mundial alcanzan los US$ 576 millones (con premios desde 35 millones para el equipo campeón a 9.5 millones para el último).
“Si bien son números impactantes, siempre subyace la pregunta si los ingresos derivados de una Copa Mundial repagan lo invertido al país organizador. Este tipo de eventos significan apuestas a saltos cualitativos a nivel social. Lo que Brasil pone en juego no es una cuestión meramente económica; la posibilidad de organizar un mundial es la posibilidad de demostrar al mundo su capacidad de liderazgo”, comentó Daniel Vardé, Socio Líder de la práctica de Sport Consulting de Deloitte LATCO.
Ponerse al frente del evento que convoca al mundo y transformarse por un mes en el centro del universo son los mayores activos que una organización exitosa debe considerar y planificar para no desaprovechar el potencial de posicionamiento.
Para Edmundo Beltrán, Socio Principal de Deloitte Perú “el mundial a celebrarse este año en Brasil es una oportunidad única para nuestro país vecino, pero también para la región”.
Asimismo, resaltó que un evento de estas características significa un impulso extraordinario en la economía de un país y también una oportunidad para respaldar la posibilidad de que Latinoamérica tome un lugar preponderante en la geopolítica de los próximos años.
