Dentro del estudio “Incumplimiento con el salario mínimo en América Latina” publicado este año por la Organización Internacional del Trabajo (Oit), se mencionó que los incrementos recientes del salario mínimo han estado acompañados de una reducción del incumplimiento, lo que apunta a señalar una mejoría en la efectividad del salario mínimo como instrumento de protección social.
En este sentido, si el cumplimiento de la política de salario mínimo es bajo, no es factible lograr el objetivo de protección de los trabajadores de menores ingresos.
En el capítulo “Perú: Leve mejoría en el cumplimiento, pero limitado por la informalidad” por Juan José Díaz, se sustenta que existe una evolución llamativa se observa en zonas rurales, donde la razón del salario mínimo al salario de mercado por mes se redujo de forma sustancial al comparar 2000 y 2011.
Dinamismo del salario mínimo
El mayor dinamismo de los salarios en zonas rurales respecto de zonas urbanas es compatible con evidencia sobre una transformación en ciernes del mundo rural, que se explica por la fuerte expansión de conectividad producido durante la década pasada, en especial en infraestructura de caminos y carreteras y en la expansión de cobertura de la telefonía rural.
Al comparar el salario mínimo con el salario mínimo de subsistencia se encontró que si bien el primero no permite cubrir aún las necesidades básicas de las familias, ha experimentado un aumento más rápido que el segundo, lo que sugiere una mejoría en la capacidad protectora del salario mínimo.