Bloomberg.- Desde el 2011 que los inversores no se habían sentido tan optimistas respecto de la economía mundial y, junto a las pequeñas empresas, adoptan un enfoque de “vaso medio lleno” en momentos en que un nuevo gobierno asume el poder en Washington.
El 23% de los inversores prevén un categórico “auge”, de acuerdo con un sondeo publicado por Bank of America Merrill Lynch, mientras que el número de encuestados que pronostican un crecimiento insignificante en los próximos 12 meses cayó a menos de la mitad, a 43%.
Este optimismo llega en medio de pronósticos de que el crecimiento mundial repuntará y en momentos en que Donald Trump promete rebajar los impuestos, aumentar el gasto fiscal y flexibilizar las regulaciones, medidas que podrían aumentar las utilidades de las empresas.
“El optimismo macro está creciendo”, escribió el equipo, encabezado por Michael Hartnett, estratega jefe de inversiones de Bank of America.
El banco encuestó a administradores de fondos globales durante la primera semana de febrero, los cuales tienen un total de US$ 630,000 millones de activos bajo administración. El nivel de optimismo es el más alto que se haya visto desde la encuesta de la firma de principios del 2011.
En una nota separada emitida el martes, el equipo de crédito del banco adoptó un tono igualmente optimista.
“La economía estadounidense no sólo está haciendo funcionar todos los cilindros sino que además, a nuestro juicio, el optimismo relacionado con la victoria generalizada de los republicanos en Washington probablemente cree un período autocumplido de mercados fuertes y por lo menos el potencial de un crecimiento fuerte”, escribieron los analistas de crédito.
Obviamente, existen riesgos. Los administradores de fondos dijeron que las elecciones europeas planteaban la mayor amenaza, seguidas por una guerra comercial y un descalabro de los mercados mundiales de bonos.
Por otra parte, si la economía se recalienta más rápido de lo previsto, la Reserva Federal (Fed) podría quedar rezagada y verse obligada a elevar las tasas a un ritmo más veloz del que actualmente consideran los precios.
A los estrategas de crédito de Bank of America también les preocupa que el optimismo sea exagerado y que los inversores hayan depositado demasiada confianza en Trump y el partido Republicano.
“Esto pone al mercado ante dos posibles escenarios: o una serie de aumentos que perjudiquen a los inversores en crédito o una caída de la confianza comparable al debate por el techo de la deuda del 2011”, según los estrategas, cuyo director es Michael Contopoulos.
Pero no sólo Wall Street muestra optimismo. Las pequeñas empresas también prevén que llegarán días felices. Según la encuesta mensual de la Federación Nacional de Empresas Independientes, en enero se dio el nivel de optimismo más alto en más de una década.