Los especialistas con mayor optimismo han asegurado que la economía podría impulsarse hacia el 6% u 8% en la etapa del posconflicto, gracias al aumento que tendría la productividad en el campo y la reducción en los recurrentes daños que se producen en infraestructura, como la destrucción de torres de energía, puentes y oleoductos, fundamentales para mantener la producción petrolera.
Ante todas estas expectativas, Carlos Martínez Becerra, decano nacional de economía y comercio internacional de la Universidad Antonio Nariño, aseguró que “si la tasa de crecimiento se da, debería producirse una reducción del Coeficiente de Gini de manera sostenible, para que la aplicación de la política social no sea residual, sino estructural”.
En África, Asia e incluso América Latina hay ejemplos de cómo se comportan las economías de los países luego de pasar por intensos conflictos internos.
La rentabilidad africana
Angola sufrió una guerra civil de casi tres décadas, y su economía basada en la riqueza de los recursos naturales no podía ser explotada por los constantes actos de violencia que realizaba la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola. Sin embargo, luego de la desmovilización y reintegración de los ex-combatientes en 2005, el PBI aumentó 17% anual, alimentado por sus reservas de petróleo. Sudáfrica, ahora miembro de los Brics, es un caso similar.
Según Julio César Botero, experto en negocios internacionales, aseguró que “uno de los elementos mas deteriorados en las sociedades durante los conflictos es la economía. Por lo tanto es uno de los pilares que debe ser desarrollado con mayor premura, puesto que las condiciones económicas, casi siempre están relacionadas con los factores estructurales de esta violencia”.
Los casos Latinoamericanos
El Salvador tuvo uno de los conflictos más violentos de la región con cerca de 75.000 muertos. Luego de un proceso de diálogo entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, su economía creció al 6% y 7%.
Las acciones del grupo terroristas Sendero Luminoso, también macaron un periodo de fuerte crisis en Perú. Luego de alcanzar la paz en el 93, el país creció a ritmos del 5% anuales, porcentaje que se extendió hasta 1998. En estos dos países el aceleramiento de la economía fue inmediato, pero el más radical sucedió en Ururguay, que en tan solo un año (1985-1986) pasó de crecer 1,4% a 8%.
Sin embargo, otros países como Guatemala necesitaron más que la firma de un acuerdo para ver un incremento significativo en su PBI. El país tuvo que esperar casi 10 años desde 1996, cuando solucionó su conflicto armado interno para que su economía alcanzara una dinámica “positiva”. Sin embargo, el proceso de paz no estimuló el desarrollo del país como en los casos anteriores.
César Ferrari, analista económico, Ph.D. de la Universidad de Boston, explicó frente a este fenómeno que “para ver un crecimiento real en la economía, muchas variables deben confluir, pero es importante que los gobiernos estén atentos a dinamizar los procesos productivos internos”.
En Asia, el llamado “milagro” sucedió en Corea del Sur, que solo una década después del final de la guerra, el país ya había logrado triplicar su PBI.
Los expertos aseguran que su logro se atribuye al aumento del capital humano mediante una gran inversión en educación y a la efectividad del sistema político, que ofreció ayuda y protección a sectores claves como la industria pesada, exigiendo al tiempo resultados de eficiencia y de responsabilidad social.
En Colombia todavía es muy prematuro estimar cómo será el comportamiento de la economía, pero lo que sí es seguro, es que, aparte de firmar el acuerdo, el Gobierno deberá hacer grandes esfuerzos en inversión social.
Organismos electorales apoyan el proceso de paz
El nuevo acuerdo alcanzado por los delegados de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), explica que las instituciones de los cerca de 20 países participantes, apoyarán técnicamente a sus pares de Colombia para enfrentar los desafíos que surjan si se firma la paz. La Uniore, en el acuerdo firmado en el marco de la reunión extraordinaria, también destacó que “el ejercicio pleno de la democracia requiere la solución pacífica de los conflictos y el final de la violencia en el marco del ordenamiento jurídico y la vigencia del Estado de Derecho”.
Diario La República de Colombia
Red Iberoamericana de Prensa Económica (Ripe)