Desde hoy difundiremos las ideas de Elmer Cuba, socio director de Macroconsult y nuevo integrante del equipo que asesora a Keiko Fujimori, candidata a la Presidencia de la República por Fuerza Popular, respecto a la marcha económica del país.

Paulatinamente entregaremos en gestion.pe las columnas que Cuba haya escrito para la edición impresa en los últimos meses.

Empezamos esta serie con las Propuestas de Cuba para lograr la formalización de las actividades empresariales. Esta columna fue publicada el 13 de enero último.

La micro y pequeña empresa en campaña
Elmer Cuba, Socio Director de Macroconsult

En la presente campaña política han vuelto a aparecer propuestas para este vasto sector de la economía del país. El de las mypes es un mundo complejo y heterogéneo. En todos los sectores económicos se tienen diversos grados de informalidad. Desde los más formales, como los servicios financieros, hasta los más informales, como el comercio ambulatorio. Para no hablar del narcotráfico, el oro ilegal amazónico y el contrabando.

Según diversos estudios, la mitad de las mypes es formal y la otra no. Formalidad en el sentido de operar legalmente, observando las normas vigentes.

Por el lado laboral, la informalidad es mayor, llega al 70%. Ello porque existen empleados informales dentro de empresas formales.

Actualmente, existen normas sectoriales especiales para este tipo de empresas. La legislación tributaria también se ha adaptado a ellas con el Régimen Especial de Impuesto a la Renta (RER) y el Nuevo RUS. La legislación laboral también reconoce su existencia, con regímenes especiales en términos de vacaciones e indemnizaciones.

Por el lado público, la Sunat, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de la Producción son los que más conocen a este sector. Del lado privado, los bancos y cajas de crédito.

El Estado también tiene programas de desarrollo productivo vinculados a este sector, por el lado de gestión empresarial, calidad, apoyo crediticio, etcétera. Existen mypes en todos los sectores económicos.

Acompañar a las mypes formales en su salto de productividad y mejorar la actual normativa vigente para ellas es una tarea crucial del próximo Gobierno. Pero, ¿y el resto? Qué hacer con los cientos de miles de unidades productivas informales en los sectores de minería, pesca, industrias, construcción, comercio y servicios.

Se estima que en el país operan cerca de tres millones de microempresas y pequeñas empresas, y de ellas, la mitad sería informal.

El problema es complejo. Si se tratara solamente de relajar la normatividad sectorial y laboral, ello haría aumentar la formalidad per se, pero no provocaría un cambio de las realidades productivas de estas unidades. Se hace la vida más fácil a las mypes formales, pero no cambia en lo sustancial la mype informal.

El único camino – más largo – está en elevar los niveles de productividad de las actuales mypes informales y que, a consecuencia de ello, puedan cumplir con la formalidad, que obviamente no es el objetivo final, sino un velo.

En resumen, la informalidad empresarial no mejorará por bajar unos puntos el IGV o cobrar 10% de renta (hoy se cobra 1.5% de las ventas netas). Tampoco con mejorar solo los actuales servicios empresariales para las mypes formales.