El debate actual para reactivar la economía de Estados Unidos gira alrededor del abismo fiscal, vista como una segunda recesión que recientemente fue evitada por la administración de Obama. Sin embargo, aún queda pendiente el destino de US$ 100 mil millones en recortes de gasto público, que será motivo de otra ronda de negociaciones hasta febrero.
Richard Koo, economista jefe del Nomura Research Institute, explicó que cuando el sector corporativo y los particulares priorizan saldar deudas, a pesar de las políticas fiscales e inyección de liquidez, la demanda desciende y se crean excedentes que no fluyen en la economía, de manera que solo el gasto y endeudamiento público equiparables pueden reactivarla: esta sería la situación que Estados Unidos debe superar.
Dicho fenómeno debe entenderse como una recesión de balance. El término, acuñado por Koo en su libro “El Santo Grial de la macroeconomía”, alude a la crisis japonesa de los años 90 en la que a pesar del gasto del Gobierno y tasas de interés cercanas a cero en el sector financiero, su economía seguía estancada. ¿La causa? El sector corporativo y los ahorristas solo tenían como objetivo saldar sus deudas.
Cuando hay un descenso en el precio de los activos de las compañías, las prioridades cambian: ahora se busca minimizar deudas. “Eso es lo correcto cuando se trata de una sola compañía, pero cuando todos lo hacen a la vez, entonces la economía comienza a contraerse muy rápidamente porque, en economía, si alguien está ahorrando dinero, alguien más debe pedirlo prestado”, detalló Koo.
¿Nuevas soluciones?
“Cuando los prestatarios saldan deudas incluso con tasas de interés cercanas a cero, todo se interrumpe. En esa situación, solamente el gasto y endeudamiento público pueden mantener ese flujo de ingresos en movimiento. Básicamente así es cómo Japón ha sobrevivido en los últimos 22 años”, anotó el economista.
Según la presentación de Koo en el XXIII Seminario Anual CIES 2012, Estados Unidos, Europa y Reino Unido comenzaron a experimentar, a partir del 2007, los mismos patrones de la “enfermedad japonesa”: “ves a sus sectores privados y todos están saldando deudas o incrementando ahorros a tasas de interés cercanas a cero. Tal como lo hacía Japón hace 15 años”, advirtió.
El jefe del Nomura Institute aseguró que la Casa Blanca está al tanto de este concepto, razón por la administración de Obama buscaría incurrir en menos recortes de gasto público. El jefe de la FED, Bernanke, quien también entendió este riesgo de la recesión de balance. Pero este es un nuevo concepto: es difícil entenderlo para quien lo escucha por primera vez”, dijo Koo.
La recesión de balance evidencia un estado financiero —de compañías y particulares— en el que la deuda es tan grande que prefiere ser ignorada para no arriesgar la emisión de préstamos de inversionistas o acreedores. Así, según Koo, al Gobierno le queda asumir un gasto que equipare el dinero que no circula. Al reactivarse la economía, el gasto público no sumaría déficit, ya que el aumento de la masa laboral y los ingresos tributarios lo compensaría: esta también fue la fórmula para superar la crisis de 1930, que Koo reivindicó como una de las bases para su concepto.