Las amenazas terroristas siguen evolucionando, afectando un conjunto cada vez más amplio de sectores en más países. El impacto de estas acciones abarca desde la pérdida de vidas hasta la interrupción de operaciones comerciales, y distribuciones en las cadenas de suministro.
Otros riesgos violentos que también están evolucionando a nivel geopolítico lo que lleva a mayores gastos en el área de defensa, formas de gobierno crecientemente autoritarias y un consenso crecientemente débil entre los estados nacionales. Hay pocas indicaciones de que se produzca una mejora general en materia de riesgos violentos en el 2017.
[LEA TAMBIÉN: Amenaza de ataques cibernéticos es la mayor pesadilla para empresas]
Estos fenómenos han enfatizado la importancia de considerar los riesgos de administración de crisis que se perfilan más allá de los meros daños
patrimoniales, especiales en sectores como los del petróleo y gas, transportes y ventas minoristas que son los que se han visto más afectados.
Scott Bolton, director de Riesgos de Terrorismo, en Aon Risk Solutions comentó que las cambiantes dinámicas en torno al terrorismo y la violencia política que se vio reflejado en distintos eventos globales a lo largo del 2016 representan un desafío creciente para las empresas.
“Aquellas que mantienen una presencia local e internacional se enfrentan a tener que experimentar potencialmente eventos que podrán impactar sobre su persona, operaciones y activos económicos. Si comprendenos con mayor claridad lo que podrá razonablemente impactar sobre una organización y su gente, entonces estaremos en mejores condiciones para aplicar el mejor calce en torno a como mejor abordar la administración de tales riesgos”, comentó.
[LEA TAMBIÉN: Estos son los países en los que el terrorismo es el principal temor]
Por su parte, Henry Wilkinson, jefe de Inteligencia y Análisis en Risk Advisory, indica que la política global en 2017 tiende a dirigirse en direcciones a mayores niveles de violencia y crisis. El saldo de los riesgos violentos comienza a migrar desde actores no estatales, nuevamente hacia los estados nacionales.
“El terrorismo relacionado con el Estado Islámico y Al-Qaeda sigue representando una amenaza crítica. Amenazando a docenas de países y sectores clave, incluyendo el del petróleo y gas, aeronavegación, turismo, ventas minoristas y multimedios. Las organizaciones comerciales deberán desarrollar estrategias adecuadas que les permitan abordar mejor las amenazas a sus operaciones comerciales emanadas del ámbito geopolítico”, sostiene.
En su opinión, el nacionalismo autoritario está aumentando y con el mismo surgen los riesgos de crisis y amenazas entre los estados nacionales, golpes políticos y rebeliones, como así también riesgos políticos.
[LEA TAMBIÉN: Twitter ya eliminó 636,248 cuentas que hacían apología del terrorismo]
Para Sarah Taylor, directora ejecutiva y jefa de Riesgos de Crédito y Políticos Estructurados en Aon Risk Solutions el cambiante panorama global, dinamizado por el proteccionismo comercial, políticas populistas y regímenes de sanciones, probablemente tenga un impacto significativo sobre los mercados emergentes y en zonas fronterizas.
“Esto hace que resulta más importante que nunca que los negocios globales comprendan y minimicen sus exposiciones a los riesgos políticos”, precisa.
Los Mapas de Riesgos de Aon para el año 2017 sobre Riesgos Políticos, Terrorismo y Violencia Política, producidos en forma conjuntan con las consultoras Roubini Global Economics y The Risk Advisory Group, indica que las empresas de petróleo y gas fueron blanco del 41% de los ataques terroristas contra intereses comerciales en el año 2016, y esta tendencia sigue en el año 2017. Nigeria y Colombia encabezaron la nomina de países que se vieron afectados por terroristas que se concentraron sobre el sector energético.