El 2016 se perfila como un año volátil para el dólar y será necesario estar atentos a eventos particularmente sensibles como si la Fed eleva su tasa de interés (probablemente en junio), y a los resultados de las elecciones de Estados Unidos en noviembre, señaló el banco Scotiabank.
La trascendencia de estos acontecimientos podría provocar correcciones y movimientos bruscos de los mercados antes que el dólar defina una nueva tendencia de mediano plazo, indicó el analista del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, Mario Guerrero.
El patrón cíclico de largo plazo del dólar acompaña esta visión. El mensaje es que la viada con la que venía el dólar será distinta en adelante, señaló.
El índice del dólar viene corrigiendo desde diciembre acompañado de menores expectativas de alzas de tasas de interés en Estados Unidos (a las inicialmente esperadas) y por un mayor apetito hacia activos riesgosos, principalmente commodities y activos de mercados emergentes.
Estos cambios vienen afectando la formación de expectativas cambiarias a nivel mundial, pues se diferencian de la trayectoria alcista del mercado en los últimos cinco años, señaló.
“También nos recuerda que los movimientos de las variables como el dólar, no son lineales, sino fractales (en zig-zag)”, manifestó en el Reporte Semanal del banco.
Cambió visión
Explicó que la visión del dólar ha cambiado, el índice DXY -que comprende una canasta de monedas de los principales socios comerciales de Estados Unidos – ha oscilado en un amplio rango entre 92 y 100 puntos durante el último año, ubicándose actualmente cerca del soporte de ese rango (94 puntos).
Sin embargo, desde noviembre del 2015 hasta la fecha el dólar se ha debilitado 5.6%.
El debilitamiento del dólar en el mundo fortalece al resto de monedas que se compara contra él. Dos de los principales socios comerciales de Estados Unidos son la Eurozona y Japón.
Sus respectivos bancos centrales han emprendido agresivos programas de estímulo monetario cuyos efectos han sido contrarios a los previstos, lo que siembra dudas sobre la efectividad y credibilidad de sus políticas.
Sus monedas se han fortalecido en 5.7% en el caso del euro y 10.7% en el caso de yen, tomando como punto de partida noviembre de 2015. Ello ha llevado a que Scotiabank revise su proyección del euro de 0.95 a 1.02 (+7%), y del yen de 131 a 118 (+10%) para fines del 2016.
El debilitamiento del dólar también está relacionado al desempeño de la propia economía de Estados Unidos reflejado en las menores expectativas de alza de las tasas de interés.
Los indicadores económicos recientes de Estados Unidos han reducido las expectativas de alza de la tasa de interés de referencia a sólo dos o menos de acuerdo a sondeos de Wall Street Journal.
La Fed se ha alineado a esta visión imprimiendo un tono más dovish en sus mensajes más recientes, comentó Guerrero.
Como consecuencia, la tasa Libor a tres meses se ha mantenido estable en alrededor de 0.6%, mientras que las tasas de corto plazo en Estados Unidos han retrocedido entre 10 y 20 puntos básicos.
Asimismo, la tasa de interés de largo plazo (Bono del Tesoro a diez años) mantiene su tendencia descendente, ubicándose alrededor de 1.9%, por debajo del 2.3% de fines del 2015.
El apetito por dólares también ha cambiado. Las posiciones largas (apuestas a que el dólar va a subir en el futuro) alcanzaron un nivel récord en marzo del 2015 y en adelante han venido descendiendo, reflejando un menor apetito relativo por activos expresados en dólares.
Por el contrario, a partir de marzo del 2016, se observa un aumento de las posiciones cortas de dólares (apuesta a que el dólar va a bajar en el futuro).