El Scotiabank elevó su proyección de inflación de 2.9% a 3.2% para el presente año, ritmo similar al registrado en el 2014.

“Ello toma en cuenta un nivel de precios mayor a lo esperado durante la primera mitad del año y los posibles efectos derivados de la velocidad y persistencia del aumento del tipo de cambio sobre la inflación”, dijo en su Reporte Semanal.

Indicó que para julio es previsible que la inflación sea relativamente alta (entre 0.4% y 0.5%) debido a factores estacionales (gratificaciones, alza de tarifas de transporte interprovincial por Fiestas Patrias), a lo cual se agregarían choques de oferta como el aumento de la tarifa de agua.

Con esta previsión, la inflación se mantendría en 3.5%. Si bien las expectativas de inflación, variable relevante para la toma de decisiones de la política monetaria, permanecen ancladas dentro del rango objetivo (entre 1% y 3%), el balance de riesgos apunta hacia una inflación mayor a 3%.

El banco recordó que de acuerdo con el BCR, las presiones inflacionarias actuales retrasarían la convergencia de la inflación hacia el punto medio del rango objetivo.

Recordó que la inflación de junio alcanzó a 0.33% según el INEI, por encima del 0.19% esperado por el mercado según un sondeo de Reuters y superior a nuestras estimaciones.

Con ello, el ritmo anual repuntó a 3.5%. La persistencia de la inflación por encima de 3% se explica en parte por choques de oferta como condiciones climáticas adversas, que afectaron los precios de alimentos perecibles, ausencia de nuevos proyectos energéticos, que presionan al alza las tarifas eléctricas y, menor oferta de GLP y azúcar.