A diferencia de lo visto hace cinco años, los candidatos con mayor intención de voto en estas elecciones no representan una amenaza para el actual modelo económico y hasta se observa un consenso en muchas de las propuestas, sin embargo, el sentir de la población parece ir totalmente en la dirección contraria, incluso, en los segmentos más favorecidos.

La última encuesta a nivel nacional de GfK revela que solo el 3% de la población, tanto en Lima como en provincias, considera que el modelo económico debe continuar como hasta ahora, un nivel contundentes, aunque también lleno de contrastes.

Desde un análisis más detallado se observa que la clase media es la más entusiasta con efectuar modificaciones al sistema. El 72% del segmento C cree que el modelo económico debe sufrir cambios moderados o radicales, pero en el A/B y D/E hay hasta un 67% que comparte esta percepción.

De otro lado, hay alrededor de un 31% en el A/B que considera que el modelo económico debe continuar pero cree que sí necesita ajustes. Esta idea baja a 21% en el segmento C y a 17% en el D/E.

Por rango de edad, la mayor predisposición a cambiar el modelo económico de manera moderada o radical se observa entre los adultos de 25 a 39 años (74%), pero le siguen muy de cerca los jóvenes de entre 18 y 24 años (68%) y finalmente los adultos de 40 años a más (65%).

En abril del 2010 una encuesta a nivel urbano nacional realizada por Ipsos Apoyo Opinión y Mercado mostraba que 86% de encuestados apostaba por un cambio del actual modelo económico sea radical o moderado. Mientras que solo 8% opinaba a favor de la continuidad del actual modelo.

En resumidas cuentas, hay todavía cerca de un tercio de la población (30%) que busca cambios radicales al modelo económico vigente hace 25 años y es un nivel muy similar en todos los segmentos socio económico, por rango de edad y en Lima como en provincias.

Y es el 30% con el que pasó a segunda vuelta el presidente Ollanta Humala tanto en las elecciones del 2006 como en las del 2011 con el discurso de la gran transformación, que después cambiaría por la hoja de ruta en busca de un voto más moderado.

Pero la búsqueda de un cambio de modelo económico es la respuesta de la población ante un Estado que se percibe como ineficiente para brindar los servicios básicos como seguridad, salud, educación y justicia, pese a los grandes avances en la estabilidad macroeconómica.

La encuesta de GfK, realizada entre el 27 de febrero y el 01 de marzo, también reveló que solo hay un 4% de la población a nivel nacional que cree que los servicios que brinda el Estado deben continuar como hasta ahora.

Llama la atención que la población con mayores recursos sea la más entusiasta con introducir cambios. El 80% del segmento A/B considera que los servicios que brinda el Estado deben cambiar de manera moderada o radical, percepción que comparte el 77% en el C y el 67% del D/E.

Por rango de edad, la idea de introducir cambios a los servicios del Estado pega más entres los adultos de entre 25 a 39 años (77%), seguido por los adultos de más de 40 años (70%) y finalmente, pero muy de cerca los jóvenes de entre 18 y 24 años (67%).

A un nivel más detallado, en Lima se muestran más dispuestos (38%) a introducir cambios radicales a los servicios del Estado que en provincias (29%). En tanto que esta percepción cala más en el A/B y C (37%) que en el D/E (28%).

En todo caso hay un enorme porcentaje de la población a favor de introducir cambios al modelo de desarrollo, pero que hasta el momento no ha logrado ser capitalizado por ninguno de los actuales candidatos a la presidencia.