Cada año, trabajadores, empresarios y gobiernos alrededor del mundo se sientan a negociar el incremento del salario. Esta es una decisión crucial para 3,200 millones de personas que tienen un empleo actualmente, según datos del Informe de Desarrollo Humano 2015 de la Organización de las Naciones Unidas.
Los trabajadores suizos ganan 17 veces más que un colombiano en ese mismo tipo de sueldo US$ 3,416. Mientras que los empleados en Luxemburgo ganan US$ 2,217 y la remuneración de los belgas es de US$ 2,056.
Aunque existen diferencias como el tiempo de la jornada laboral que puede variar entre 40 y 48 horas en los 15 países seleccionados al azar, La República tomó como supuesto una carga de ocho horas diarias de trabajo durante 30 días. A eso hay que sumarle que en cada país varía el índice de Precios al Consumidor, que determina el costo de vida.
De acuerdo con el cuadro comparativo, Argentina, con US$ 571.2 y Chile, con US$ 353.9, son los países de Sudamérica con los sueldos más altos. Mientras que en Estados Unidos se paga US$ 1,740 y en Australia la remuneración es de US$ 2,289.
Según la ONU, el trabajo tiene una connotación en la sociedad en cuanto “además de permitir a las personas ganarse el sustento y tener seguridad, es vital para lograr un crecimiento económico, reducir la pobreza y lograr la igualdad de género”.
Es decir que el trabajo tiene un valor social que va más allá de los beneficios que obtienen los trabajadores. Por ejemplo, casi 1.000 millones de personas que trabajan en el sector de la agricultura producen más de 80% de los alimentos del planeta.
“El salario mínimo debería ser un instrumento para personas vulnerables en el mercado laboral que necesitan ser protegidas, normalmente los jóvenes o mano de obra poco calificada; mientras que no debería ser considerado como un punto de referencia para establecer un sueldo de un trabajador medio calificado”, manifestó Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado.
Más de 830 millones de personas son trabajadores pobres que viven con menos de US$ 2 al día en el mundo y más de 200 millones de personas, entre ellas 74 millones de jóvenes, están desempleadas, de acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano.
La OCDE, expuso este año que en países como Australia, donde se paga uno de los montos más altos por hora trabajada (US$ 9,54) los empleados reconocen que “es importante apoyar a quienes ganan los salarios más bajos a través del sistema fiscal”. Sin embargo, esa posibilidad de equilibrar las condiciones salariales no es tan factible en países de Latinoamérica como México que a pesar de aportar un porcentaje menor a 5% en impuestos y seguridad social, cuenta con un pago de jornada laboral diaria de US$4,29.
Panorama laboral en Latinoamérica durante 2015
En 2015, la mayor parte de los nuevos puestos de trabajo surgieron en el sector terciario en América Latina. Sin embargo, en comparación con lo observado durante gran parte de la década pasada, la expansión del empleo fue moderada en todas las ramas de actividad.
Por otro lado, en el contexto de una leve contracción del PBI regional, el incremento del empleo, liderado por el trabajo por cuenta propia, implica una caída de la productividad laboral media de aproximadamente 1.7%. De esta manera, se retoma la pauta histórica del ajuste del mercado de trabajo a un bajo crecimiento económico en la región, expuso la Cepal.
Las opiniones
Stefano Farné
Dir. Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado
“Comparado con el salario promedio, el mínimo colombiano es muy alto, lo cual es un indicador de que el monto no está acorde a la productividad del país”.
Jorge Iván González
Profesor de Economía de la Universidad del Rosario
“Aumentar los salarios tendría dos ventajas: por un lado se estimularía la productividad y por el otro crecería la demanda. Ambas promoverían la inversión y el empleo”
Diario La República de Colombia
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)