(Bloomberg).- Tras cinco años de implacables ajustes, los griegos dijeron basta. Ahora les corresponde a los pares de la zona euro del país decidir cómo reaccionar ante la elección del partido anti-austeridad Syriza y su líder, Alexis Tsipras, primer ministro electo de Grecia.
En el mejor de los casos, según Stathis Kalyvas, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Yale, Tsipras “recibirá algunas zanahorias”, firmará un nuevo acuerdo de rescate bajo un nuevo nombre y “logrará que su partido lo apruebe”.
En ese caso, al que Kalyvas le asigna poca probabilidad, Tsipras “se reinventará como socialdemócrata, reformará el Estado griego y dominará las política griega durante los próximos 10 a 15 años”.
Escrutado el 90% de los votos, Syriza, acrónimo de Coalición de la Izquierda Radical, obtuvo el 36.3%, apenas dos bancas menos que la mayoría absoluta.
Los dirigentes de algunos partidos más pequeños dieron a entender que están dispuestos a respaldar a Tsipras en la formación de un nuevo gobierno. Panos Kammenos, que preside el partido anti-rescate Griegos Independientes, dijo que ayudaría a asegurar la estabilidad y apoyó el cambio político en Grecia a la luz de las elecciones.
Stavros Theodorakis, titular de To Potami, o Río, partido de centro fundado el año pasado, dijo que Grecia debe evitar otra elección anticipada. Dijo que no apoyará a ninguna coalición que incluya fuerzas anti-europeas.
Ir tirando
La hipótesis más probable, según Kalyvas, es que Tsipras logre “armar una coalición que vaya tirando, quizá aprovechando la mejora en las perspectivas económicas”.
Si Tsipras intenta llegar a un acuerdo con concesiones mutuas, su partido podría dividirse, lo que significa que necesitará el apoyo de otros legisladores para conservar su cargo, dijo Kalyvas en un correo electrónico antes de las elecciones.
En su discurso de victoria pronunciado el domingo por la noche en Atenas, Tsipras dijo que Grecia está dando vuelta una página al dejar atrás la austeridad y la era de llamada troika del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea.
Sus declaraciones llevan a pensar que serán difíciles las conversaciones entre el nuevo gobierno griego y sus acreedores, señaló David Schnautz, estratega de Commerzbank AG en Nueva York. Al mismo tiempo, Tsipras dijo que no quiere un “choque catastrófico” con los pares de Grecia en la zona euro.
El nuevo líder griego podría aprender por las malas que las “negociaciones con la UE no serán la fiesta de amor fraterno que esperaba”, opinó Kalyvas. Aun cuando Tsipras tratara de llegar a un acuerdo salvador, no es seguro que su partido lo vaya a seguir.
En el peor de los casos, Tsipras “optará por no llegar a ninguna solución intermedia en medio de invocaciones al orgullo nacional”, agregó Kalyvas. El profesor de Yale denominó a este resultado la hipótesis “Kirchner”, por la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner. En ese caso, Tsipras “logra controlar el desastre económico luego de la salida de Grecia del euro e inaugura un régimen populista radical”.