(Bloomberg) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que está considerando seriamente la división de los gigantescos bancos de Wall Street, dando ímpetu a los esfuerzos para revivir una ley de la era de la Depresión que separa las bancas de consumo y de inversión.
“Lo estoy estudiando ahora”, dijo Trump con respecto a separar los bancos en una entrevista de 30 minutos con Bloomberg News en la Oficina Oval. “Hay algunas personas que quieren volver al viejo sistema, ¿verdad? Así que vamos a ver eso”.
Trump también dijo estar abierto a aumentar el impuesto a la gasolina en Estados Unidos para financiar el desarrollo de la infraestructura, otra muestra de que se están considerando políticas impopulares entre el régimen republicano de la Casa Blanca.
Calificó los mayores impuestos a la gasolina de aceptables para los camioneros —“tengo un amigo que es un camionero grande”, dijo— siempre y cuando la recaudación se destine a mejorar las carreteras de Estados Unidos.
Por separado, Trump dijo que estaría dispuesto a reunirse bajo ciertas condiciones con el dictador norcoreano Kim Jong Un, a pesar de las recomendaciones de lo contrario de sus asesores políticos, para evitar un enfrentamiento militar con el adversario de Estados Unidos.
También dijo que un reemplazo republicano para la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible protegería a los estadounidenses con enfermedades preexistentes al menos tan bien como Obamacare.
Glass-Steagall
Durante la campaña presidencial, Trump abogó por una versión de siglo XXI de la ley Glass-Steagall de 1933 que exigía la separación de las bancas de consumo y de inversión.
La plataforma del Partido Republicano de 2016 también respaldó la restauración de la barrera legal, que fue derogada en 1999 con una ley de desregulación financiera firmada por el entonces presidente Bill Clinton.
Un grupo reducido de legisladores culpa la derogación de contribuir a la crisis financiera de 2008, un argumento que Wall Street rechaza rotundamente. Trump no podría restaurar unilateralmente la ley; el Congreso tendría que aprobar una nueva versión.
Funcionarios de Trump, entre ellos el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, han ofrecido apoyo a la restauración de alguna variante de Glass-Steagall, aunque han dado escasos detalles sobre un enfoque actualizado.
Tanto Mnuchin como Cohn son ex banqueros que trabajaban para Goldman Sachs Group Inc.Wall Street repetidamente ha desestimado los llamamientos de políticos en los últimos años a dividir los bancos.
La ley Glass-Steagall esencialmente separaba la banca en dos categorías: las entidades de depósito con respaldo de contribuyentes que principalmente hacen préstamos a empresas y consumidores, y bancos de inversión y aseguradoras que negocian y suscriben títulos, y crean o se centran en otros instrumentos complejos.
Desvincular esos negocios impediría que los ahorros de los estadounidenses fluyan hacia los mercados de capitales más volátiles, había razonado entonces el Congreso.
Los grandes bancos ven poco interés en el Congreso por revivir la escisión entre la banca comercial y la de inversión, sobre todo porque los políticos están atascados con asuntos más apremiantes como la revocación de Obamacare y la aprobación de una reforma tributaria.
Sólo un republicano en el Senado, John McCain, de Arizona, ha respaldado una propuesta de la senadora demócrata Elizabeth Warren, de Massachusetts, de volver a promulgar Glass-Steagall. Eso indica que la aprobación de cualquier proyecto en ese sentido será una batalla cuesta arriba
“Esta no es una amenaza a corto plazo o ni siquiera a mediano plazo”, dijo Ian Katz, analista de Capital Alpha Partners LLC, quien analiza la regulación bancaria.