¿Cuáles son los errores más frecuentes en la adquisición de una empresa?

Al absorber otra compañía hay que evitar pagar un precio excesivo, sobrestimar las posibles sinergías y no planificar bien el proceso.

Durante el último año las fusiones y las adquisiciones son una de las estrategias preferidas de las empresas para impulsar su crecimiento. Pero completarlas con éxito es una tarea más compleja de lo que parece.

Estos son algunos de los errores más frecuentes que cometen las compañías en estos procesos:

1. Pagar un precio demasiado elevado
La mayoría de las adquisiciones se efectúan en períodos de crecimiento en los que las perspectivas de futuro son también positivas. Esto provoca que también aumente la valoración de las compañías que se quieren adquirir, especialmente cuando otras empresas de la competencia también andan detrás de ellas.

En ocasiones, la situación hace que se planteen acciones que antes no tenían sentido pero ahora son habituales en el entorno y se consideran beneficiosas. La vacuna contra este error es hacerse siempre las preguntas básicas: cuáles son las razones estratégicas para la adquisición, cómo se va a crear valor y cómo gestionar los riesgos. Aunque las empresas del entorno estén realizando estas operaciones, hay que recordar lo que dicen las madres: porque todo el mundo haga una cosa, no significa que esté bien hecho. Lo importante es centrarse en la lógica y en los análisis al detalle.

2. Sobrevalorar las posibles sinergias
Aunque son el motivo que justifica estas operaciones, las sinergias no son fáciles de conseguir. Las más asequibles suelen ser las relacionadas con el recorte de gastos . Pero aquellas que buscan aumentar los ingresos -a través de la venta conjunta, agrupando productos o creando una única tienda- son más difíciles de completar. Llevarlas a cabo requiere mucho tiempo, desembolsos elevados (por ejemplo, indemnizaciones para los despidos) e incluso nuevas inversiones, como las necesarias para integrar los sistemas informáticos de ambas compañías.

Por tanto, cuando se estudie un acuerdo, se debe evaluar cuidadosamente este aspecto. Para acertar con los resultados que se pueden conseguir, lo mejor es no contar con un posible aumento de las ventas y tener en cuenta que el coste total para alcanzar este tipo de sinergias puede ser, según algunos expertos, el doble del ahorro anual que generarán a partir de entonces.

3. No planificar el proceso
Las integraciones suelen ser complejas y potencialmente peligrosas , por lo que conviene prepararlas bien. Por ejemplo, nunca hay que esperar a que la operación se haya acordado para elaborar un plan detallado sobre cómo se va a efectuar la fusión operativa. También hay que tener en cuenta a los trabajadores y comenzar la unificación cuanto antes.

Es posible que, ante los cambios, algunos de los mejores talentos se replanteen su futuro en la compañía y conviene darles seguridad cuanto antes.

Por último, tampoco hay que dar por supuesto que los clientes permanecerán en la empresa. Varias compañías han perdido muchos consumidores mientras estaban centradas en completar el plan de integración. Para evitarlo, en ocasiones se opta por nombrar a dos responsables, uno encargado de liderar la fusión y otro que se ocupa de dirigir el negocio habitual y actuar si se detecta un descenso en las ventas.

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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