La historia encontró dos gigantes caídos en los últimos años. El monarca de la fotografía y el líder del alquiler de vídeos cayeron como moscas ante un curioso fenómeno: la transformación digital.

Si Kodak y Blockbuster fallecieron por no leer el futuro, ¿qué garantiza la supervivencia de tu empresa ante lo desconocido? La clave está en reinventarse, y arriesgarse.

El gerente general del norte de Latinoamérica de Avanxo, Carlos Cáceres, no solo dirige su empresa, pero se desempeña como ángel inversionista en Colombia. Para Cáceres, la transformación digital es obligatoria.

Hay tres tipos de empresas, aseguró el ejecutivo a Gestion.pe, “quienes ya vieron que el negocio cambió y no pudieron reaccionar, quienes reaccionan tarde, y las que aprovechan el cambio y utilizan Internet para potenciar su negocio”.

La premisa es clara. Si no te transformas mueres. ¿Pero qué implica transformarse?

La respuesta más simple es utilizar la herramienta común: la Internet. Y el objetivo debe ser siempre uno: simplificar procesos.

“No tiene sentido que yo, como usuario, tenga que ir a un punto de atención al cliente o llenar formularios físicos”, observó.

Las compañías deben ofrecer soluciones digitales y rápidas para mantenerse relevantes en el mercado. “El 72% de usuarios móviles hoy no quieren interactuar con las marcas”, reveló Cáceres.

Y es que ni siquiera los típicos monopolios están seguros, pues este camino digital ha abierto la puerta a nuevos modelos de negocio que pueden revolcar el tablero en un abrir y cerrar de ojos.

Por ejemplo, hoy en día es absurdo pagar por un paquete de llamadas internacionales (antiguo privilegio de las operadoras de telefonía) cuando puedes hacerlo gratis por Skype o WhatsApp.

“Le pasó al negocio de taxi con Uber, al de hoteles con Airbnb. No importa en qué negocio estés, Internet lo va a transformar”, apuntó el experto.

Perú tiene su propia ventaja: un crecimiento económico sostenido. No obstante, la comunicación digital de sus empresas no es la adecuada.

“Si uso mi móvil para reservar un hotel o pedir un taxi, por qué no puedo hacerlo para comprar un seguro o un electrodoméstico”, se preguntó.

En el país debemos aprovechar las oportunidades que ofrece la conectividad para agilizar procesos que antes significaban algo engorroso.

Y estos cambios que se convierten en conectividad no toman años, sino semanas, y el que los descifra más rápido, tiene mayor probabilidad de aprovecharlas.

Sin embargo, la compañía no es el único factor. “El mayor reto de una transformación digital es la gente”, reveló.

No basta con tener un pueblo conectado, cambiar los hábitos de consumo es un desafío inevitable. Y los mismos colaboradores deben asumir estos cambios en sus propias empresas.

“Son ellos quienes deben entender que en su organización deben cambiar los modelos de servicio, atención y cobertura”, anotó.