En plena campaña electoral, las organizaciones políticas van reclutando y anunciando a las personalidades que formarán parte de sus filas, quienes mayoritariamente destacan más por sus habilidades políticas que por sus competencias profesionales.
Al respecto, Diego Cubas, managing partner de Cornerstone Perú, opinó que resulta “clave” que los futuros ministros o asesores presidenciales deben tener el mismo o mayor nivel de experiencia en su sector que el que se requiere en un CEO o vicepresidente de una gran corporación, además de las dotes políticas.
“Es crucial que los potenciales ministros no se hayan dedicado únicamente a la labor académica, el país no requiere funcionarios que desarrollen teorías o modelos”, enfatizó.
En ese sentido, indicó que el Perú necesita ministros que, además de tener un plan y ejecutarlo eficientemente, cuenten con excelente reputación profesional y reconocida experiencia gerencial -privada o pública- y tengan una clara visión del trabajo, tiempos, procesos y finalmente de resultados.
Asimismo, deben poseer las siguientes siete competencias fundamentales:
1. Liderazgo, para influenciar positivamente a las personas y todos los entes involucrados con los ministerios.
2. Alta capacidad ejecutora, la burocracia estatal es muy fuerte, por lo tanto el ministro debe superar estos obstáculos durante su gestión para obtener resultados, debe ser capaz de hacer que las cosas sucedan.
3. Orientación a resultados, busca mejorar procesos, optimiza recursos, soluciona problemas y promueve la eficiencia, siempre apuntado a un resultado de acuerdo al objetivo.
4. Planificación, los ministros necesitan tener planes estratégicos para establecer objetivos claros y medibles, tener estrategias para lograr cada meta y finalmente implementar sistemas de control.
5. Habilidades de comunicación, un ministro debe comunicar efectivamente a la opinión pública lo que está haciendo y lo que ha logrado, de lo contrario el país percibe que no hace nada.
6. Gestionar el talento, los ministros deben tener la capacidad de reclutar profesionales de alta calidad, saber motivarlos y desarrollarlos, evitando la fuga de talento del sector público.
7. Vocación de servicio, todo ministro debe ser consciente de que al servir al país tienen la oportunidad única de generar cambios directos en el Perú, por lo que es una labor muy demandante física y mentalmente.
“Lamentablemente, en la mayoría de los casos, las posiciones de ministros son ocupadas por personas de confianza y no por personas con las competencias adecuadas. Si el asesor o miembro del gobierno no genera valor cuantitativamente en un plazo determinado, debería ser despedido como en cualquier empresa”, dijo Cubas.
En ese sentido, mencionó que hay gobiernos y organizaciones políticas alrededor del mundo que trabajan con compañías de headhunting para la búsqueda de talento.
“Desde mi perspectiva, una consultora de headhunting proporciona un gran grado de objetividad a la elección del mejor prospecto, por ejemplo en Cornerstone -con varias de sus filiales en el mundo- ha apoyado a distintos gobiernos en la selección de funcionarios y realizado evaluaciones para los miembros de diversas organizaciones políticas”, finalizó.