ESAN: “El crecimiento económico también ha impactado en las exigencias del recurso humano”

Javier del Carpio, director del programa para gente que trabaja de ESAN (DPEX), ha identificado tres casos de peruanos que, si nunca han ido a la universidad, necesitarán hacerlo para no estancarse en sus carreras.

(USI)
(USI)

El país crece y no solo se traduce en consumo y mayor empleabilidad. Javier del Carpio, director del programa para gente que trabaja (DPEX) de la Universidad ESAN, explica que las empresas están reconociendo que “todo este crecimiento económico también ha tenido su impacto en las exigencias del recruso humano”. Por ese motivo, más de un profesional se ve motivado a ir por primera o segunda vez a la universidad.

“Estamos hablando de personas que no pasaron por la universidad, que estuvieron desempeñándose con cierto de nivel de éxito y satisfacción en su trabajo, pero que las exigencias propias de la empresa las motivaron a ir a la universidad, en algunos casos para regularizar su situación académica y en otros para adquirir ciertas competencias que le permitan ir escalando”, detalla Del Carpio.

Desde que está a cargo de DPEX, Del Carpio ha identificado tres perfiles de profesionales peruanos que llegan a una situación en la que necesitará formación universitaria y los compartió con Gestion.pe:

1. De vendedor a gerente. Manuel estudió en un instituto técnico o superior y trabajó unos cinco años en una empresa de venta de equipos electrónicos y software. Llegó a ser supervisor. Cuando se abrieron plazas para una gerencia, Manuel solo podía acceder a esta si tenía un grado universitario. Él pudo acceder al concurso, pero solo si demostraba que se comprometía a recibir formación universitaria.

2. Nuevos requisitos. Laura trabaja para un organismo internacional. Ella fue a un instituto superior no universitario y se desempeñaba muy bien en su puesto, sus jefes estaban contentos. Pero a nivel de la sede central, un día se realizó una reestructuración de requisitos para cada puesto de trabajo: ahora ella necesitaba un título. Precedida por su alto desempeño, pudo continuar en su puesto, pero ajustándose a estas nuevas condiciones.

3. Empresas familiares. Este es un caso cada vez más común, detalló Del Carpio. En el primer pefil, un miembro de los que dirigen la empresa familiar llega por primera vez a la universidad, específicamente para formarse en administración y dirección de empresas.

Luego, también está el perfil de quien sí tiene estudios universitarios completos, pero necesita un enfoque gerencial porque -según Carpio- quienes inician una empresa familiar pronto se dan cuenta de que para “dar un salto cualitativo” en el negocio, se necesita un tipo particular de formación.

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