La oratoria a menudo encabeza la lista de miedos de la gente. Pero en la mayoría de los casos, la audiencia está animando y quiere escuchar lo que tiene que decir.
Si usa la presentación como oportunidad para enseñar y persuadir (no como forma de presumir su experiencia), se ganará a la gente.
Recuerde que las señales fisiológicas del pavor escénico (aumento del ritmo cardiaco, palmas sudorosas, estómago revuelto) son mucho menos visibles para la audiencia. Es probable que no se vea tan mal como se siente. Y si la negatividad empieza a empañar sus ideas (soy un fraude, esta charla va pésimo), contraatáquela. Dígase a usted mismo: voy a estar bien. Este tópico me apasiona. He dado esta charla muchas veces.
Pudiera sentirse tonto hablarse de esta forma, pero hablarse uno mismo en términos positivos realmente ayuda. Finalmente, afloje un poco con el guión y hable del corazón. Ayuda no sonar demasiado practicado.
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Diario La República de Colombia
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