Cambio. Algo que a menudo entorpece nuestra habilidad para enfocarnos en el trabajo es nuestra tendencia a seguir reuniendo información mucho después de cuando tenemos datos suficientes para tomar una decisión. El mejor enfoque es desarrollar su hipótesis o argumento desde el principio, para que la búsqueda esté enfocada en apoyarla o refutarla. Es tentador buscar evidencia para apoyar cada argumento, pero no tema a llevar a la mesa su intuición. Cree descansos en el día para tomarle sentido a toda la información que tiene.
(Adaptado de “Manage Your Team’s Attention”, de Julian Birkinshaw).
La forma correcta de discrepar de la gente
Diálogo. Si discrepa de su gerente sobre algo es importante no entrar en pánico ni dar marcha atrás. Puede discrepar constructivamente mostrando respeto por su punto de vista y demostrando que le importa alcanzar el mejor resultado para la organización. Le conviene mostrar que está intentando colaborar. Así que vincule su idea directamente con las metas e inquietudes del gerente.
Por ejemplo, trate de decir “entiendo que le preocupe cómo funcionará este nuevo plan. A mí también me preocupaba. Pero cuando investigué un poco, comprendí que…”. Recuerde aportar sugerencias sobre las que el gerente pueda actuar; no enliste simplemente objeciones. Sea específico sobre la forma en que su idea puede evitar escollos y presente datos de apoyo para mostrar que su propuesta se basa en hechos y no en emociones. Y siempre intente dar un rango de opciones. Sugerir distintas posibilidades señala que tiene flexibilidad e invita a su gerente a también ser flexible.
(Adaptado de “Managing Up”, de la serie “20-Minute Manager)
Descanso. Si quiere maximizar el desempeño de sus empleados, considere los ritmos circadianos al fijar tareas, fechas límite y expectativas. Las tareas más importantes deberían hacerse cuando la gente está en la cúspide de su estado de alerta (aproximadamente al medio día y a las 6 p.m.). Las menos importantes deberían programarse para cuando cae la alerta (muy al principio del día de trabajo y alrededor de las 3 p.m.). Pero a menudo inundamos a los empleados con tareas de bajo nivel por la mañana, por lo que solo pueden abordar las actividades importantes después de medio día, cuando tienen que acelerar para alcanzar una fecha límite de fin de día. En cambio, considere que los equipos programen siestas alrededor de las 3 p.m. Las siestas pueden ser una buena forma de regular la energía e incrementar el estado de alerta, y la evidencia incluso las vincula con mayor desempeño. De esta forma, los empleados pueden recargarse en momentos en que de cualquier forma sean menos útiles para las tareas importantes, y estarán más alerta durante el siguiente punto máximo de su ritmo circadiano.
(Adaptado de “The Ideal Work Schedule, as Determined by Circadian Rhythms”, de Christopher M. Barnes)
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Tema de conversación
Cuando el viaje al trabajo es largo, influye en las mujeres
SITUACIÓN. Un aumento de 1 minuto en el tiempo promedio de viaje al trabajo de una ciudad se asocia a una caída de 0.3 puntos porcentuales en la participación en la fuerza laboral de las mujeres con título de preparatoria, según un análisis de datos del Censo de Estados Unidos realizado por Dan A. Black y dos colegas de la Universidad de Chicago.
Además, las áreas metropolitanas que experimentaron mayores aumentos en el tiempo de viaje promedio al trabajo entre 1980 y 2000 experimentaron menor crecimiento de la participación de las mujeres casadas en la fuerza laboral. Los hallazgos sugieren que las mujeres casadas, particularmente las que tienen hijos chicos, son muy sensibles al tiempo de viaje al trabajo al tomar decisiones de participación en la fuerza laboral, afirman los investigadores.
(Fuente: Revista de Economía Urbana)
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Cómo exhibir sutilmente su estatus en una entrevista
INVESTIGACIÓN. En un experimento, solo entre 10% y 12% de los participantes de la investigación dijo pensar que el aspirante a una pasantía merecía paga de primera. Pero si notaba que el aspirante llevaba puesta una camisa con el logotipo de una marca de lujo, esa proporción se elevó a más de la mitad, según una investigación en HBR.org por J.M. Olejarz. Dado que implica que puede comprar cosas caras, llevar puesto el logo de una marca de lujo eleva su estatus ante la mirada de los observadores, afirman los investigadores.