La trayectoria de Norberto Rossi comenzó en su natal Brasil, junto a una empresa para la que trabajó 27 años y que lo trajo a este país. Hoy es director independiente y confiesa que se quedaría a vivir, encantado, aquí.
Si bien es administrador con especialización en marketing, se ha desempeñado sobre todo en el área financiera. Combinación singular, pues considera que el financista puede ser muy numérico y poco estratega, mientras que el “marketero”, lo contrario. “Me ayudó a ver con amplitud las cosas y no cerrarme en mi profesión”.
¿Qué características considera que lo definen como líder?
Tengo la convicción de que una empresa no es nada más que su gente. Eso refleja las características de mi liderazgo: cercanía, contacto y comunicación interna. Cuando los colaboradores conocen las metas, se hace mucho más fácil alcanzarlas.
No se alinea a una política de secretismo…
Creo que es una equivocación enorme mantener tanto los temas de la organización como las estrategias en secreto, como si fuese algo que no se puede comunicar.
¿Suele conversar con sus colaboradores?
Me gusta pasear por la oficina y hablar con la gente, también visitar las tiendas, porque ahí es donde todo ocurre.
¿Cómo es su dinámica con los que son más jóvenes?
Los millennials están cambiando y tenemos que adaptarnos. Ellos han crecido en un ambiente totalmente distinto del que nosotros conocemos, y las cosas que los motivan también son diferentes. Por ejemplo, me parece increíble que hoy una empresa considere prohibir el uso de Facebook o bloquear webs.
¿Cómo es su rutina laboral?
Me despierto muy temprano y practico alguna actividad física, como caminar por el malecón e ir al gimnasio. Luego, paso el día completo en reuniones hasta las 6:30 o 7 p.m. No creo que sea productivo trabajar hasta las 10 de la noche.
¿En algún momento se ha considerado ‘workaholic’?
Creo que lo he sido por mucho tiempo, pero ahora tengo un balance. El rubro de retail es pura adrenalina, y si no buscas equilibrio, te vuelves loco. A veces, visito tiendas el sábado en la mañana, pero siempre almuerzo con mi familia.
¿De qué hobbies disfruta?
La parrilla es uno: todos los domingos es de parrilla en mi casa, como buen brasileño. La moto es otra, tengo mi Harley-Davidson. La uso muy poco porque es muy grande y pasear con ella en Lima es difícil. Pero es maravilloso cuando agarro la carretera. No hay nada mejor para mí que coger la moto un día y salir a la aventura.
¿Lo hace en solitario cualquier momento de la semana?
Normalmente, sábado o domingo con mi esposa. A ella también le encanta y, como la Harley parece un sofá, va muy cómoda. En general, me encanta viajar.
¿Retorna seguido a Brasil?
A Brasil voy un par de veces al año. Me encanta ir de vacaciones, pero no regresaría a vivir ahí.
¿Se quedaría a vivir en el Perú?
Sí, encantado. A mi país regresaría solo en vacaciones para tomar caipirinha y comer feijoada (risas).
¿Cuáles son las metas que desearía conseguir?
Estoy en una etapa distinta, pero creo que aún hay tiempo para una gerencia general más. Otro de los desafíos importantes que planeo alcanzar es entender a los millennials como clientes y trabajadores.
¿Cómo se ve de aquí a 10 años?
Muy tranquilo. Quiero estar en algunos directorios, nunca quiero perder el contacto con el mercado. También espero disfrutar mucho en viajes y conocer el Perú.